lunes, 26 de septiembre de 2016

A otra cosa, mariposa.

Existen personas tan tóxicas,  que pueden llegar a envenenarse con su propia saliva... Gente a la que le es imposible digerir la felicidad de los demás y estas personas, están tan ocupadas intentando romper esa felicidad y dedican tanto tiempo a ello, que se les olvida algo de primera necesidad para vivir: buscar su propia felicidad.
Personas dañinas, las cuales, tienen marcado como meta hundir a todo aquel que le rodea, para sentirse más arriba, porque les es imposible salir a flote de su propio lodo sin ir pisando cabezas.
Gente muy podrida por dentro, carcomida por el virus de la envidia, tanto, que es incapaz de querer a quienes darían todo por ella, encharcándose por dentro con la más vil y desagradable de las ponzoñas.
El problema, está en que es tan ciego su deseo de hacer el mal, que se olvidan de que no daña quien quiere, sino quien puede, y que hay paredes hechas a prueba de bombas, paredes que tienen buenos cimientos y no importa lo que les caiga encima... Paredes realizadas con material repelente, capaz de repeler todo ese aluvión de dardos envenenados y sinsentidos que vierten, o mejor dicho, que intentan verter sobre ellas.
Y dan lástima, pena... Porque lo único que muestran con sus actos es el descontento que tienen con su vida, la cual hacen creer perfecta y divina, pero que en el fondo, es la amargura quien realmente vive con ellos dia a dia. Y no se dan cuenta, no se darán nunca, que a cada cual le ha tocado vivir lo que le ha tocado, y que quien ayer estaba arriba, hoy puede estar muy abajo, y viceversa. Gente pobre, que ocupa su tiempo en idear artimañas para intentar no dejar vivir a quien sonría a su alrededor. Qué difícil tiene que ser estar día a día ideando la manera de pisotear, destruir e intentar contagiar su tremenda amargura a los demás, con lo fácil que es sonreír y alegrarse de todo lo bueno que pueda pasar a su alrededor.
Pues a estas personas, lo único que se les puede brindar es el camino para que vuelvan por donde vinieron, para que se alejen, porque por no merecer, esta "raza" de gente no merece ni la pena.
Con lo complicada, pero bonita que es la vida, y nosotros empeñándonos en hacerla aún más difícil. Cada cual que aguante su vela, para bien o para mal. A mi me gusta mi vela, me encanta mi vela y a quien no... ¡Hasta luego!
P.D: Mantenerse demasiado ocioso, puede perjudicar seriamente la salud.
¡Hala, a otra cosa, mariposa!