sábado, 28 de junio de 2014

El día tonto de la semana...

Odio estos días así... Odio estos días en los que este sentimiento de tristeza me invade. La lluvia golpea de continuamente el cristal, la música suena de fondo y en mi cabeza se mezclan miles de cosas... Una semana difícil. El corazón se encoge, de vez en cuando, como si quisiera llorar. Siento que no tengo nada de que hablar, pero mucho que decir. Me molesto a mí misma. Lo admito, tengo ganas de llorar. Y un nudo recorre mi garganta de arriba a abajo, una y otra vez. Me siento insignificante, tonta... Como me gustaría ser de otra manera. ¿Alguna vez alguien me necesitará en su vida? ¿En que falló o he fallado? ¿Dónde está el error? ¿Que soy?
El echar de menos a los míos ya pesa mucho, también.  Muchas cositas que se juntan y que forman la bola grande...
Quizás sea el día que me pone tonta, este cielo gris que no deja pasar ni un mínimo rayo sol por ningun lado. Mi única compañía, la melancolía. Mi mente vuela lejos, a muchos kilómetros de aquí. Hoy sábado hay muy poco que hacer. Y yo aquí, sentada en mi ventana, con la cara casi pegada al cristal, viendo como la gente pasa... No les importa la lluvia. ¡Ay, no! Esto puede conmigo. ¿Estoy de mal humor? ¿Será que ni yo misma me aguanto? ¿Tristeza? ¿Demasiado silencio? Puede ser... Tengo la mente colapsada, el pensar tanto no es para mi... Creo que,  cómo dice la cancion hoy llueve por dentro. Si, hoy llueve fuera y dentro de mi.

jueves, 26 de junio de 2014

Saber...

¿Cómo llamar a ese sentimiento en el que te ves atrapada entre decir lo que otros quieren escuchar y lo que realmente quieres decir?
¿Cómo digerir esa bola de palabras, que, atropelladamente guardan su turno para salir, pero nuncan asoman a tu boca? Callar por miedo a estropearlo todo, disfrazar sentimientos. Respirar hondo. Tragar saliva y sonreír.
¿Por qué me importa más lo que ya en realidad no debería ni escocer, que lo verdaderamente importante?
¿Por qué quien quizás más lágrimas me haya hecho derramar, es a la única persona a la que quiero oír, la única capaz de consolarme en mis momentos de bajón y la única que realmente sabe como tratarme?
¿Por qué hay cosas que me molestan cuando no deberían llegarme ni al pelo?
¿Por qué esos celos, SÍ CELOS, que aparecen de repente me bloquean, me enervan cuando en realidad yo pensaba tenerlo todo controlado? Es algo que me supera. Yo jamás fui así...
¿Hasta cuándo me van a doler la indiferencia, amoríos que no van conmigo y esos malditos "intervalos de silencio"?
¿Por qué una sola palabra es capaz de cambiar mi estado de ánimo?
¿Por qué todo? ¿Por qué TÚ? ¿hasta cuándo TÚ?
Necesito saber tantas cosas...

 

martes, 24 de junio de 2014

Hoy, igual que ayer

Hoy es un día imposible de pasar por alto... Hoy, 25 de junio. Y fue un 25 de junio cuando te vi por primera vez y aun lo recuerdo como si hubiese sido ayer, a pesar de que haga ya algunos años... Recuerdo no dormir nada la noche antes, los nervios no me dejaban, sólo pensaba en cómo sería ese encuentro, nuestro primer encuentro. Las ganas hacian la noche eterna. El sol parecía bromear con la situación y jugaba al escondite. Pero al fin llegó el momento.Y allí estabas tú, en esa estación... Te vi de espaldas, y mi primera intención fue la de correr y no precisamente a tu encuentro. Me invadía el miedo en cada paso que daba hacia ti. Tenía el corazón que parecía querer salirse de mi pecho. Lo que yo no sabía es que luego latiría aun más fuerte y de una manera completamente distinta. Miles de dudas asaltaron mi cabeza... ¿Y si era poca cosa para ti? ¿Y si no te gustaba? ¿Y si esperabas otra cosa de mi? Y de repente me vi a pocos centímetros de ti y tú seguías de espalda. Temblaba. Te volviste, nos saludamos... No me lo podía creer, te tenía a mi lado. A ti. Había soñado tantas veces con ese momento... Buscamos un lugar en el que poder descansar y conversar, ¡había tanto de que hablar!
Los minutos pasaban volando y yo, aun sin poder creerme lo que estaba viviendo, intentaba atesorar cada milésima de segundo que pasaba junto a ti. Risas. Risas que afloraban sin esfuerzo. Un beso dudoso, temeroso, al no saber cual seria nuestra reacción. Y sucedió. Pétalos azules. Ese brillo especial en los ojos. Tus ojos... Y me perdí. Me adentré en tu mirada. Me hice adicta a tus besos, adicción que aun sufro. Y desde ese día, un pedazo de mi corazón se quedó contigo...
Maldita despedida que hizo que nos separásemos y yo, no pude reprimir que, alguna que otra lágrima, resbalase por mi mejilla.
Aun, a día de hoy, siento que a veces, el corazón me late de la misma manera que latía ese primer día. Y la melancolía me invade al recordar cada momento que vivimos juntos, también sonrío. Y, por muy triste que sea, todavía, te echo de menos. No cambiaría por nada ni uno de los segundos vividos contigo. Y es que tú, por mucho tiempo que pase, siempre serás tú. Y siempre tendrás ese huequito en mi vida tan tuyo que guardo intacto celosamente.

lunes, 23 de junio de 2014

Desorden

Llegas, desordenas y te vas. Pones mi mundo patas arriba y ni siquiera te remuerde la conciencia. Y te marchas. Y yo de nuevo, empiezo a poner en orden mis pensamientos, mis sentimientos. Con esmero, con cuidado y cada en su lugar. Intento no equivocarme y dejarlo todo tal y como estaba, antes de que tú llegases cual huracán, dejando todo K.O. en mi cabeza.
Pues si, todo es cuestión de acostumbrarse. Y no es la primera y me temo que no será tampoco la última. Ya sé donde colocarlo todo y es que una aprende a base de hacer lo mismo una y otra vez. Pero siempre me queda un dilema, hay algo a lo que no le encuentro sitio, que no sé dónde colocar. No encanja en ningún sitio y queda perfecto en cualquier lugar. ¿Dónde te coloco a ti? ¿Cual es tu sitio en este desorden? Eso es algo que siempre se me escapa... Estás ahí entre lo que me gusta y lo que me duele.
Estás y no estás. Vienes y vas.
Y es que tengo claro que "tú" y "yo" sólo son pronombres y nunca un "nosotros", al menos sé que lo tengo todo perfectamente descontrolado.

lunes, 16 de junio de 2014

Huella y hueco: LOREA

Y todo lo que empieza acaba... Todo, no. Porque hay amistades que surgen sin esperarlo y te das cuenta que alguien, a quien en un primer momento sólo viste como conocida, puede llegar a convertirse en AMIGA. Y sí,  amiga en mayúsculas. De las que se preocupan, de las que si te ven decaída, ahí están al momento, demostrando todo su interés por ti, de las que saben guardar secretos, de las que aconsejan aun sabiendo que quizás, por una oreja entre y por la otra salga, de las que ríen si ries, pero también lloran contigo si es necesario. Amigas no de las de palmadita en el hombro, sino de las de abrazo... Amigas que cuando se van, dejan huella y un hueco enorme, de las que inevitablemente sabes que echarás de menos.
Y si unimos todo esto, a mi me sale un nombre: LOREA.
Y es que, a pesar de conocernos por casualidad, sabes como llegar al corazón de las personas y eso es gracias a la maravillosa personalidad que tienes. ¿Y que quieres que te diga? Que me es difícil separarme de alguien con quien he compartido tantos momentos de risa, de charla... Y hasta de lágrimas. Lore, mi niña, no te imaginas como voy a echarte de menos. ¿Qué será ahora de esta malagueña sin su pamplonica? 
Pero como bien digo, no todo lo que comienza acaba. Porque de aqui, ha salido una amistad de las de verdad. Porque Londres me ha dado la oportunidad de encontrarme con mucha gente, de conocer a algunas personas, pero siempre SIEMPRE, tendré presente que Londres nos puso en el mismo camino. Muchos meses juntas, y ahora serán muchos los kilómetros que nos separen. Pero nadie le puede poner puertas al campo y, prometo verte muy pronto (si me invitas, claro) jejej.
Que te quiero mucho y te lo digo con el corazón en la mano. Que eres muyyyy grande, mucho y que por personas como tú, esta experiencia ha merecido la pena. Tú te vas, yo me quedo un poco más y estoy segura que tanto yo, como las demás te echaremos muchísimo de menos. Sé feliz. Corre tras tus propósitos y sobre todo, no te olvides que "tu malagueña"  estará siempre para lo que necesites. Dejas huella y hueco. Espero verte pronto...

Un pedacito de Andalucía en Londres

Nada mejor que pasar un fin de semana entre amigos... Sin parar, a contrarreloj, ir corriendo a todas partes, saltar, reír, gritar... Y este fin de semana ha sido espectacular. Desde que empecé mi estancia en Londres,  he querido recibir la visita de alguien (me hacía ilusion) y ese momento llegó. Si, con algún contratiempo pero conseguimos estar juntos. Trenes cancelados, buses que van lentos... Y hasta perderme en el aeropuerto. Pero al fin nos vimos y estaba completamente segura que sería un fin de semana para no olvidar. Un trocito de mi tierra aquí conmigo, tan lejitos... Eso es de agradecer.
Dicen que los momentos no son sólo como los vivas, sino también con quien los vivas y de este fin de semana atesoro muchos buenos momentos, vividos con la mejor compañía. Días duros y largos, de mucho cansancio, pero todo esfuerzo, cansancio y horas robadas al sueño, han merecido la pena a vuestro lado.
Parecía que los días duplicaban sus horas, pero en realidad, si me pongo a pensar, el finde ha sido un suspiro, un abrir y cerrar de ojos. Y es que cuando se está agustito y con buena gente los minutos se convierten en segundo y el tiempo pasa volando. Una visita corta pero intensa. Unos dias dignos de ser recordados y repetidos. Muchísimas gracias por hacer de este fin de semana,  un fin de semana diferente. Y es que la locura, en su justa medida, tiene siempre un sabor dulce... Vivir este festival con personas tan grandes ha sido todo un placer. La próxima vez que nos veamos será allí, en nuestra Andalucía y, para eso, ya falta poquito.

miércoles, 11 de junio de 2014

El tiempo...

El tiempo... ¿Puede haber algo más relativo que el tiempo? Lo que para algunos es tarde, para otros es pronto... Cuando quieres que el tiempo pase deprisa, las agujas del reloj se paran y cuando quiere retenerlo con todas tus fuerzas, el tiempo vuels. Deseas que ocurra algo, vives esperando un momento que, cuando sucede, pasa tan rápido que ni siquiera te da tiempo a disfrutarlo... Decimos: "debí haber hecho esto antes" pero por otra parte pensamos "nunca es tarde"...
El tiempo está ahí y todo se ve según el cristal con el que se mira. Si crees que aun estás a tiempo de hacer algo, hazlo; nunca es tarde pero puede que para mañana si lo sea. Aprovecha el momento, estruja las horas y exprime los minutos si ese momento te hace feliz. Y sí por el contrario, un minuto se convierte en una eternidad  y los días tiene 72 horas busca algo que te haga sonreír, algo que te haga feliz y verás como la eternidad pasa a ser un abrir y cerrar de ojos... Está en nuestras manos convertir un segundo en un siglo o hacer de un minuto una milésima de segundo.

miércoles, 4 de junio de 2014

Y para colmo... Llueve

Pues si, entre tanta sonrisa, siempre hay hueco para alguna que otra lágrima, y si este hueco no existe, ya se encarga ella sola de abrirse paso.
Y es que, cuando tienes una misma pregunta todo el día martilleándote la cabeza, llega un momento en que lo único que deseas es que se haga de noche y el día acabe.
Cuando sientes que tu única compañía es la impotencia y el "no poder hacer", cuando las palabras te caen cómo jarros de agua helada encima y el verde esperanza se torna en un triste gris plomizo, entonces te sientes sin fuerza y te vuelves a preguntar "¿por qué?" ¿Acaso esto sucede por "la gracia de dios? Porque si esto es la gracia de dios, de verdad que sigo sin pillarle el chiste.
Y claro, ya las cosas se acumulan, y la bola se hace gigante y pesa tanto que no puedes con ella... Un poco de aqui, un tanto de alli y todo se vuelve un barrizal del que te cuesta un mundo salir. Esperanzas rotas. Y es que granito a granito se forma el desierto, tanto para bien como para mal... Y para colmo, llueve.

domingo, 1 de junio de 2014

La vida entre trenes.

Anoche, mientras esperaba el tren para volver a casa, me di cuenta que la vida tiene cierta similitud con una estación de tren.
Pasan muchos trenes delante de ti, algunos paran, otros no. Tú los miras y ellos continúan su camino, y tú decides a cual subir, pero tú estás esperando que llegue el correcto, el que te lleve a donde tú quieres ir, el que tú sabes que es mejor y más seguro.
Pero, ¿quién no se ha equivocado alguna vez y ha tomado un tren que no era el suyo? Entonces al final pasa que de ese tren tienes bajar, porque sabes que no te llevará a tu destino. Aunque la compañía sea agradable, sabes que podrías acabar en un lugar perdida, sin ese tren del que has bajado y sin saber donde ir. No, ese no era tu tren ni este tu destino.
También pasa que a veces, para llegar a tu destino, tienes que hacer un cambio de tren, bajar de uno, y esperar, a veces mucho, y a veces muy poco tiempo para que llegue otro en el que decides montarte. Y aunque el viaje sea corto, te relajas y disfrutas de él porque sabes que te llevará a tu destino, porque vas segura aunque un par de parada más adelante tengas que bajar porque el tren ha llegado a tu destino. A su destino. A la última parada.
Otros, sin embargo, paran y te sientes tentada de cogerlo. ¿Por qué no? Quizás es tren no me lleve a mi destino, pero tal vez su destino sea mejor que el mio. Tal vez me guste el viaje. Y arriesgas. Y subes. Y al principio no sabes donde vas, (ya te equivocaste una vez) y tienes miedo. Respiras hondo,  cierras los ojos y lo que, en principio pueda parecer una locura, puede convertirse en el mejor viaje de tu vida.
Y sí, confirmado, los trenes pasan más de una vez. Mientras tú esperas el tuyo, el que sabes de verdad que es el que quieres coger. Espera, ese tren pasará de nuevo, más tarde, pero pasará. Hasta que tú decidas montarte. Pero no te quedes mirando trenes pasar, ni tengas miedo a subir. Supongo que a nadie le gusta quedarse esperando eternamente. Así que decide y sube al tren que tú elijas.