Y de repente, mientras caminaba para coger el autobús que me lleva a Kingston, noto que algo pertuba mi estado de ánimo, una pequeña nube de melancolía empaña mi estado de euforia o felicidad. Y me paro en seco. Tu recuerdo ha vuelto. De repente y sin avisar, sin ni siquiera preguntarse si realmente quiero esté presente. Bueno, aunque eso es algo que ni siquiera yo sé...
Y apareces de la nada. Tal vez sea porque no sé nada de ti. Tal vez sea porque, a pesar de querer negarlo, te echo de menos.
Y entonces me doy cuenta que el tiempo es muy relativo. Que para lo que algunos sea solo un mes, unas semanas, para mi es una eternidad. Y los días pesan...
Y sigo caminando sola, pero vienes conmigo. Y no me queda más remedio que resignarme a saber que sigues aquí. Que de nuevo, tú. Que vienes y te vas de mi cabeza... ¿De nuevo? No. Nunca te has ido.
Y apareces de la nada. Tal vez sea porque no sé nada de ti. Tal vez sea porque, a pesar de querer negarlo, te echo de menos.
Y entonces me doy cuenta que el tiempo es muy relativo. Que para lo que algunos sea solo un mes, unas semanas, para mi es una eternidad. Y los días pesan...
Y sigo caminando sola, pero vienes conmigo. Y no me queda más remedio que resignarme a saber que sigues aquí. Que de nuevo, tú. Que vienes y te vas de mi cabeza... ¿De nuevo? No. Nunca te has ido.