miércoles, 31 de diciembre de 2014

Bye Bye 2014

Se acaba el 2014... Mitad vivido aqui, mitad en tierras londinenses.
Este año he vivido experiencias maravillosas, he conocido a gente increíble que, a pesar de la distancia, estará siempre conmigo... He reído a carcajadas hasta llorar de alegría y también he conocido el significado de la palabra amistad. Lágrimas en las  despedidas y en las llegadas. Planes de reencuentros.
Mis niños, Ethan y Maddie a los que echo tremendamente de menos, con los que he aprendido a que una au pair siempre debe estar al 100% de batería con ellos. Su cariño y sus detalles, lograron que una parte de mi corazón se quedara allí con ellos y sus papis.
El nacimiento de mi princesa bonita, mi niña chiquitina, fue uno de los más bonitos que he vivido. Revolucionando todo con su llanto y volviendonos loc@s a tod@s con esa carita preciosa. Y ahora, si cabe, más loc@s aun con esos gritos y esa risa.
Pero también he pasado el momento más amargo de vida, he llorado de auténtico dolor y he perdido un pedazo de mi vida. Y sé,  ahora mejor que nunca,  que estás cuidando de mi desde alli arriba, aunque ahora sé lo que significa de verdad echar de menos. Aprender a vivir echándote de menos será uno de mis propósitos para este año que empieza. Porque podrán pasar muchos años pero jamás me olvidaré de ti.
Y a nivel general, un año en el que, de cada cinco noticias, sólo una es buena: Matanzas a destajo en Gaza y otros puntos del mundo, violaciones de Derechos Humanos, nuevos conflictos armados, corrupción, desahucios, abusos sexuales, ébola, hambre, paro, violencia machista... Precisamente por eso pienso que cada año no es un año más, sino que vamos retrocediendo, sólo así podría explicarme algunas de estas barbaridades.
Y a finales de año, cuando la ilusión estaba bajo mínimos y la esperanza había perdido el color verde, llegó alguien y zas! Mi vida dio un giro inesperado. Poniendo luz al momento más oscuro, poniendo sonrisas en lugar de lágrimas haciendo de mi mundo un mundo más 'hjybkewkloczma' y la esperanza dejó de ser gris y retomando su color, y el "verde" volvió a mi vida. Y espero acabar este año y muchos más sonriendo como una tonta por tu culpa y haciéndote feliz.
Así que esta noche, no me tomaré las uvas, no brindaré con champagne ni pondré oro en la copa, pero al sonar las doce mandaré el beso más grande al cielo.
Que este 2015 sea un año cargado de cosas buenas para la gente que quiero, que el calor de la familia no se apague en ningún hogar, que sean muchos los abrazos por dar y los besos que dar "porque si".
Que el mundo cambie de dirección y ponga patas arriba todo lo malo. No soy de mucho Bla, Bla,  paz.... Bla, Bla, amor... Pero si que pido la cura para el mundo, tan pobre en valores, tan rico en avaricia y poder. Bandera blanca. Por un 2015 diferente.
Gracias a tod@s los que habéis formado parte de 2014, y lo único que no quiero que cambie, es que podamos seguir caminando juntos. Gracias por estar ahí, sed felices, y recordad que siempre, da igual si cerca o lejos, estaré aquí.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Y llegaste tú...

Y un día cualquiera,  la casualidad hizo que te encontrase... 
Y un día cualquiera, comencé a sonreir sin ningún porqué y un brillo infinito se apoderó de mis ojos. Dicen que me veo más guapa, radiante y sonriente, que la alegría ha vuelto a mis ojos y esta vez no quiero que se vaya. Y es que, un día cualquiera llegaste tú, metiéndote de lleno en mis días, poniendo color a un momento de nubarrones grises y llenándome de ilusión cada mañana al despertar. Porque me encantan tus buenos días, que me hacen saber que estás ahí; tus ojos brillantes cuando estamos juntos y esa cara de tonta que se pone cuando te veo. Soy feliz sí, y eso me lo dice cada mañana mi reflejo en el espejo, ese mismo que me recuerda que tú eres el motivo de ello.
Porque si volviera atrás te buscaría y no pararía hasta encontrarte. 
Porque quiero quererte de día y con sol, y de noche y a la luz de la luna; porque quiero quererte no sólo en primavera, sino en también en los días más fríos de invierno. Porque si te caes, ahí estaré para ayudarte a levantarte, pero evitaré de cualquier modo que te caigas. Porque si tú sonríes, el mundo va mejor, MI mundo va mejor.
Y dejar atrás ese miedo que poco a poco va esfumándose y disfrutar de este momento, de nuestro momento. Y creo que ya nos tocaba. A los dos.
Y es que, como dijo Antoine de Saint-Exupéry en su obra "El Principito" 'Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó'.
Y yo, volvería a quedarme mil veces en ese lugar, a pesar del frío y del madrugón porque sé que contigo y por ti merecería la pena.
Gracias por devolverme la sonrisa, gracias por mimarme como lo haces, gracias por mirarme como me miras... Gracias por ser tú y aparecer de repente en mi vida.
Y es que, un día cualquiera, de repente, llegaste tú... Bendita y maravillosa casualidad.


sábado, 6 de diciembre de 2014

A mis bellezas...

Ellas, mañanas de risas y noches de carcajadas... Conversaciones secretas en muy buena compañía.
Ellas, quienes siempre están ahí en las duras y en las maduras, en las buenas y en las malas, para todas y para una.
Ellas, las que riñen por el bien de las demás, las que se alegran de las alegrías ajenas y las que lloran contigo si es necesario.
Ellas, o mejor dicho, ELLAS. Mujeres de los pies a la cabeza, que dan su vida por sus hijos... Sentimientos en estado puro, amistad sin maquillaje. Valientes, guerreras, luchadoras.
Ellas... Yo... Y la suerte de habernos encontrado, de compartir tantos momentos,  buenos y malos.
Sensaciones reales aun sin conocernos, abrazos pendientes... Ellas, porque son mis niñas, porque son grandisimas personas y enormes corazones.
A ellas, por aguantar mis momentos no tan buenos y celebrar conmigo mis alegrías.
A ellas, por sus regañinas con tantísimo arte. Por entenderme, y por permitir que yo las entienda. Por abrirme las puertas de su mundo y mezclarlo con el mio, creando un mundo uniforme. Por permitirme ser una más.
A ellas, a vosotras, mi valenciana,  mi gallega y mi gaditana porque nunca es tarde si la dicha es buena y nosotras nos conocimos tarde, pero no nos costó recuperar el tiempo perdido.
Por tantos momentos invisibles vividos y por todos esos que aún nos quedan por vivir.
Por vosotras... Por mi... POR NOSOTRAS.
Que la vida no os cambie, que nadie os juzgue, que nada pueda con nosotras.
A vosotras,  mis niñas bellas. Gracias!

domingo, 23 de noviembre de 2014

¿Dulce o amargo?

Hacía tiempo que no escribía y hoy tuve la imperiosa necesidad de hacerlo... Llevo todo el día con una pregunta que ronda mi cabeza. ¿Hay que temerle al amor cual amigo traicionero? O por el contrario, ¿le debemos abrir las puertas de nuestro corazón de par en par?
Y es que, si nos ponemos a pensar, el amor tiene doble cara, como las lentejas. A veces nos muestra su cara dulce, invitándonos a acomodarlo plácidamente en nuestra vida. Nos muestra su lado más empalagoso, ese que incita a querer tenerlo cogido de la mano por los siglos de los siglos, amén.
Y luego, está el lado hipócrita, el que cubre con sonrisas las lágrimas,  el que esconde el puñal tras la flor, algo así como ese "amigo traicionero" que cuando menos te lo esperas, no pierde la ocasión y te "la clava por la espalda"... Y la herida duele, y sangra y puede que tarde siglos en sanar, y cada vez que te roces la cicatriz sabrás exactamente en qué momento se produjo pero ya no dolerá.
Así de contrario es el amor, te da y te quita, te sube a los más alto o te arrastra por el suelo.
Y si el amor es como un amigo, que conocemos cualquier día, en cualquier lugar y que no sabes cuando y donde será,  deberíamos ser más selectivos con nuestras amistades. Nunca creas que todos piensan como tú, que todos son buenos, pero tampoco pienses que toda aquella persona que te encuentres en este camino llamado vida te hará llorar y sufrir.
Confía, sin exceso. Teme, pero no demasiado. Quédate siempre alerta, pero no en pie de guerra.
Las cosas no tienen porque ser blanco o negro, pueden ser gris. Y algún día, estoy convencida de ello pues estoy viendo colores, llegará ese alguien que te dibuje un arco iris cada mañana sin necesidad de que haya llovido.
Trata al amor como a un amigo, dale lo que te dé, desvívete si se desvive y aléjate si es necesario. En este caso, no lo tomes como una derrota, sino como una forma digna y valiente de continuar tu camino por otro sendero.
Amor, amor, amor... ¿Qué escondes?
Sonríeme y caminaremos juntos; traicióname y te diré adiós mientras camino sola y con la cabeza bien alta.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Mis defectos y manías...

Como cualquier persona, yo también tengo mil defectos y manías.
Si, soy de esas que, como si de un ritual nocturno se tratase, antes de meterme en la cama,  remeto el bajo del pijama por los calcetines, para evitar así que "el frío" entre.
En el momento justo antes de dormir, suelo leer o escuchar poesía. Adoro el dormirme con el sabor de un buen poema en los labios o el dulce eco de los versos en los oídos. Aunque sinceramente prefiero un cálido beso de buenas noches.
Cuando estoy triste, meto la cabeza bajo las sábanas, aunque me ase de calor,  mientras oigo esa canción que trae mil recuerdos a mi memoria (casi siempre tú). Y sin que falle una sola vez, acabo llorando con esa letra que me transporta a momentos vividos.  ¿Qué masoquista no? Pues si... 
Pongo el despertador media hora antes de la hora prevista para levantarme para que así me suene cada diez minutos, al menos tres veces, mientras despierta y mirando al techo intento adivinar que será lo que me deparará el día.
Soy de ideas fijas, da igual cuantas veces me dé de cara contra el muro, nunca veo lo malo y creo que todo el mundo piensa como yo, que nadie anda por el mundo con maldad (así me va).
Cuando estoy enfadada me muerdo el labio inferior y entorno los ojos. Si si lo mio es mirar de reojo.
A veces suelo "aislarme del mundo", no hablar con apenas nadie y busco el estar sola. Son lo que yo llamo, Mis Días Cruzados o Atravesados, días,  por cierto, en los que más necesito una mirada, un abrazo o una simple palabra que me haga saber que no estoy sola.
Soy muy orgullosa, pero no me importa tragarme mi orgullo. Ya lo hago una y otra vez.
Me encanta guardar detalles materiales, compartidos con alguien y que, a pesar de ser minúsculos, cada vez que los veo brota en mi cara la mayor de las sonrisas. No es lo que guarde, sino lo que significa para mi (un simple botoncito, un trozo de chocolatina envuelta, un "manual de instrucciones" o una flor seca).
Adoro andar descalza. Sentir en mís pies el frío del suelo, en cierta manera una forma de autoconvencerme de que tengo los pies en la tierra.
Y por el contrario, me encanta imaginar, crear en mi mente momentos que no sé si algunas vez serán realizados.
Presto mucha atención a las palabras, a veces, las más insignificantes son las que más daño me hacen y aunque, no soy para nada rencorosa, tardo en olvidarlas. Me tomo las cosas muy en serio y me duele lo que ya no debería ni escocer.
Odio llorar delante de la gente, prefiero secar yo sola mis lágrimas... Del mismo modo, soy más de escuchar que de contar (bastante tienen los demás con lo suyo cómo para llenarles la cabeza con mis cositas), no me gusta hablar de mi (curioso, ya que llevo más de 20 minutos escribiendo sobre mi), pero mis penitas son mías. Eso sí, alguna que otra vez exploto (pobre de quien le toque).
Sufro de demasiada empatía y de quererme y valorarme muy poco (hoy en día, enfermedad incurable para mi).
Y mi mayor y más gordo defecto es querer a quien no me quiere y "obviar" a quien más me demuestra.
Así soy, no hay más... Con mis manías y mis defectos. ¿Virtudes? Habrá,  pero tendré que buscarlas... 

martes, 4 de noviembre de 2014

Hoy como otros días...

Y como ya hace un par de días, hoy me siento triste. Parece que se me acaban las fuerzas y la ilusión sigue corriendo delante de mi pero no puedo alcanzarla y parece ser que la tristeza anda detrás de mi y es más rápida que yo...
Días en los que tengo que hacer mil peripecias para no dejar escapar esas lágrimas que últimamente cuesta contener.
Y me levanto cada mañana y me pinto una sonrisa. Intento no pensar en ti, es más disimulo que no lo hago... ¿a quién quiero engañar? Si abro los ojos al despertar y te veo y cada noche, antes de dormir aprieto fuerte los ojos y de vez en cuando, en medio de un suspiro se me escapa tu nombre, ¡qué tonta! como si así pudiera traerte a mi lado.
Lo siento, sí lo siento, pero es que hay días en los que echarte de menos se me hace insoportable, en los que besarte es más que una necesidad, en los que únicamente añoro el refugio de tus brazos. Y me siento incompleta, como si una parte de mí se hubiera ido contigo aquel día en la despedida... Como si en cada abrazo que me dabas, un pedacito de mi corazón se quedara enganchado al tuyo. Algo me falta, sobre todo hoy con esta lluvia, que me hace recordar tantos minutos de conversaciones en las que yo era tu niña, alguien especial y ahora... ahora ni siquiera sé si soy.
Y sí, lo admito, hoy como otros tantos y tantos días, y aunque me joda, te echo muchísimo de menos.

domingo, 26 de octubre de 2014

¿Qué será?

¿Qué será de mis ojos si nunca te vuelven a mirar? Sin ese reflejo tuyo grabado a fuego en mi retina. ¿Qué será de ellos?
¿Qué será de mis labios si nunca más te vuelven a besar? Sin el roce de tus labios, quedarán condenados a la más amarga sed, sin volver a sentir la miel de tus besos... Sí,  esos mismo besos que me hacían abandonarme a ese universo que nosotros mismos creamos. ¿Qué fue de ese universo? ¿Dónde quedaron todas esas estrellas que se encendían con sólo rozarnos?
¿Qué será de mis manos si nunca más pueden acariciarte? Esas caricias que hacían erizar mi piel, esa magia que nacía cuando tu piel y mi piel se tocaban, cuando nuestras manos se entrelazaban... Tus caricias... Mis caricias... Sólo nuestras.
¿Qué será de mi pecho si nunca más vuelvo a sentir tus abrazos? Sí, esos que me hacían sentir protegida, arropada. Abrazos tan de verdad, donde tus brazos eran mi refugio, el único lugar donde quería quedarme por siempre.
¿Qué será de ese silencio roto por nuestras respiraciones Aceleradas? Donde la música de fondo era el latir de nuestros corazones y nuestras miradas eran las palabras que decían tanto...
¿Qué será de mi si nunca más nuestros caminos vuelven a cruzarse? ¿Qué será de mi si no te vuelvo a ver?


domingo, 19 de octubre de 2014

La Soledad...

Hay momentos en los que verdaderamente echas en falta el calor de ese abrazo que te diga que todo pasará pronto, echas en falta a ese alguien que te diga que estará a tu lado pase lo que pase, que daría su vida por ti, que estará siempre en las buenas y en las malas... Y entonces te das cuenta de que te falta alguien aunque estés rodeada de gente: alguien con quien compartir secretos, felicidad y tristeza, domingos de sofá y película, besos y caricias o simplemente, compartir eso, momentos.
Pero no hay nadie, y lo echas de menos, y ese abrazo nunca llega. Y el tiempo pasa, y los años y cada día que pasa es igual a otro. Y así. Y tú no llegas.
Y es cuando unes todas las piezas del puzzle y se unen todas las letras. Letras que forman una palabra que aterroriza, que tal vez te acostumbres a vivir con ella, pero que de vez en cuando se hace notar en tu vida e intentas convencerte que jamás se irá, que nunca nadie caminará de la mano contigo por este camino, a veces de rosas, a veces de espinas. Y esa palabra retumba en la cabeza en dias cómo hoy, cuando, no necesitas un abrazo cualquiera, sino que necesitas "ese abrazo". Y te das cuenta que tu única compañía es esa palabra, es la soledad. Soledad. Esa que afixia, la que te hace derramar lágrimas preguntándote hasta cuándo se quedará a tu lado, que te aprieta el pecho, la que sólo gusta cuando la necesitamos. Soledad. Esa que duele cuando te acompaña y te alegra cuando se marcha.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Y... ¿para qué?

Y dándole vueltas a la cabeza, de repente aparece una pregunta que lleva todo el día rondándome el pensamiento. ¿Hasta qué punto una persona debe renunciar, total o parcialmente, a cualquier cosa que le guste o le provoque felicidad, sólo por complacer a las personas que te rodean?  ¿Por qué nos aferramos más a la idea de querer tener contentos a los demás quede preocuparnos por nuestra nuestra felicidad? Tal vez sea cuestión de condición humana, tal vez quisiéramos ser un poco egoístas y mirarnos más el ombligo en vez de preocuparnos si hacemos mal o bien sólo porque pensamos diferente o tenemos gustos distintos. Que difícil... Tener que negar hasta tus propios sentimientos, tener que ocultar que te mueres por algo pero que por "no defraudar",  decides mantenerlo callado.
Y resulta que no, que no estas haciendo nada malo aunque así pienses porque te lo hayan hecho creer.
¿Quién decide lo que está bien o está mal? Es más, ¿quien sabe lo que está bien o está mal? ¿Cuál es la vara de medir? Pero sólo quien está en esa posición sabe lo insoportable de la situación. Tener que estar constantemente más pendiente de los demás que de ti mismo. Y te encuentras entre la espada y la pared. Complaciendo a los demás pero jodiéndote la vida. ¿Y luego para qué? Porque nada está valorado, y tú sigues jodida.

sábado, 4 de octubre de 2014

Y cuanto más...

Tonta, tonta y más tonta si cabe... Aquí estoy, rompiendo una vez más mi promesa de no volver a escribir sobre ti.
Y aunque no sé porqué, me cabreo conmigo misma, por cualquier tontería me enfado y cuanto más me enfado más ganas me entran de verte, y cuanto más ganas de verte tengo más te echo de menos, y cuanto más te echo de menos más te necesito, y cuanto más te necesito mayores son las ganas de estar junto a ti, un segundo,  un minuto o tal vez lo que dure un parpadeo... Cualquiera de las fracciones de tiempo me sirve si es para tenerte a mi lado.
Sí, lo admito, no puedo evitar esos enfados cuando en realidad ni debo, ni  tampoco tengo motivos para que este mal humor me haga estar dando vueltas en la cama cuando son las 2.44 de la madrugada. 
Pero, ¿qué hago? Si es mi corazón que empieza a latir como loco... Si esos celos que jamás antes sentí junto a alguien hacen que me hierva la sangre...
Y es entonces cuando odio con todas mis fuerzas el tener tanta imaginación... No, no lo soporto. ¿Por qué todos estos celos? ¿Por qué este insomnio que no me deja en paz? ¿Por qué estás ganas de verte? ¿Por qué contigo? ¿Por qué tú? Lo sé... Lo sabes... Y cuanto más lejos más te pienso, y cuanto más  te pienso, más cerca te quiero.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Con las ganas...

Siempre me quedo con ganas de decir algo más.  No sé si será esta lluvia la que me pone así de sensible... Probablemente. Pero lo cierto,  y es que ahora pensando me he dado cuenta,  es que siempre me queda algo por decir, y ese algo que,  en su momento no tiene el valor necesario para salir de mi boca, se me queda hecho una maraña de palabras en la garganta, casi siempre, acompañada de un nudo de sentimientos imposibles. Y yo me pregunto: ¿Llegará ese momento en que, eso que se me queda atravesado y que a veces no me deja casi ni respirar, pueda cruzar el umbral de mis labios con total libertad? ¿Podrá algún día deshacerse ese nudo de sentimientos que no permiten que las palabras fluyan?
Y es que, cuando pienso en lo que no he dicho, una punzada de dolor, se deja notar en mi pecho. Como empujándome a hacerlo en cualquier momento, como diciéndome que debo hacerlo. Para mi, no hay nada más cierto que ésto: "eres dueño de lo que dices y esclavo de lo que callas" ¡y tan esclavo! A veces aquello que no decimos, bien por la falta de valor, por miedo a no ser correspondidos o simplemente para no forzar una situación que crees tener controlada, suele doler más que aquello que dejamos salir. Hablamos horas y horas de mil cosas sin importancia pero callamos lo verdaderamente importante. Lo sé, yo también lo hago. Porque, sinceramente, siempre que hablamos me quedo con ganas de decirTE algo..

viernes, 26 de septiembre de 2014

Monotonía, por llamarlo de algún modo

Y así. Y pasa un día, y otro, y otro y el siguiente será igual que todos los anteriores. Y sé que mañana será igual a hoy y que hoy es exactamente igual a ayer. Nada cambia. Y eso me agobia. Vivir en un reloj de espiral donde que el tiempo no pasa...
Quisiera hacer algo más. Algo de lo que pudiera sentirme orgullosa, que me hiciera sentir bien. Como antes. Como nunca. Pero cada hora que pasa es igual a la anterior, y así,  igual los días. Nada que cambie este hastío, esta apatía, estas pocas ganas, a veces, de todo. Y pienso que jamás podré realizarme, que nunca seré quien quiero ser, ni haré las cosas que me gustan hacer... Ni seré yo misma. ¿Hasta cuándo? Pienso que jamás me llegará esa oportunidad de librarme de las ataduras del tiempo, que pasa tan despacio que a veces, dudo hasta que pase.
Y las horas se detienen y nunca pasa nada. ¿Dónde quedó mi ilusión? ¿Por qué esta desgana? ¿Será que me abandoné al disfraz con el voy viviendo hace ya algunos años? Y entonces llega ese punto de cansancio extremo, y siento que algo no va bien, que necesito vivir sin mirar a un lado y a otro para ver a quien le molesta, que mis miedos pueden más que mis ganas. Y me siento inútil, incompleta y vacía. Que necesito cortar los hilos de mi vida y coger el timón con fuerza, hacer algo que realmente me llene, con lo que pueda reír de satisfacción y pueda decir: "Lo hice".  Vivir mi propio estilo de vida, reír salir, viajar, besar, querer, decidir, enamorarme sin que la conciencia me diga que hay algo que estoy haciendo algo mal. Acabar de un plumazo con esta monotonía que todo lo vuelve gris. Dejar de hacerme la estúpida pregunta de: ¿por qué los demás si y yo no? O de cuestionarme si lo que verdaderamente me gusta es bueno o malo, si gustará o no. ¡Simplemente quiero vivir! A mi ritmo, a mi estilo, con mis errores y mis logros, con mis responsabilidades, con ganas,  sin miedos, sin ser cuestionada ni coartada... ¡Ser yo! Porque realmente lo necesito. Este espiral de tristeza en el que me encuentro no me gusta. Necesito dejar de soñar momentos y empezar a vivirlos. Poder vivirlos porque sé, que serán lo que más feliz me hagan. Y mientras tanto he de seguir fingiendo una sonrisa de "todo va bien así". No no y no. Hay algo que falla. Hay algo que duele. Y algo que cansa. Agota. Casi que anula.
Y hoy será un día largo. Casi tanto como mañana...  y pasado... y quizás, como el siguiente.  Maldita monotonía que tan bien te has acomodado.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Aisa: Una mirada de esperanza.

Estos son los ojos de una mujer luchadora. Es la mirada de una juventud que vive anclada en la hammada argelina. Ella, Aisa, madre de un niño y una niña, luchará día a día para que nada les falte a sus pequeños.
Un día, ella también fue niña y participó en el programa Vacaciones en Paz y yo, tuve la suerte de compartir con ella dos veranos maravillosos. Ella vino España desde el más inhóspito de los lugares existentes en la faz de la tierra. Vivía rodeada de jaimas de lona y casas de adobe, sin nada más allá de las dunas. Ella nació refugiada saharaui.
Hoy, 13 años después de que pasáramos nuestro primer verano juntas, Aisa, como nosotros la llamamos, Elaiza, realmente se llama, sigue teniendo vida de refugiada. Quizás, un día, su única preocupación fue correr por las dunas junto a sus dos hermanas, Galia, con la cual tuve el placer de vivir otro verano maravilloso, y Fatuma, su hermana pequeña. Hoy, Aisa, es toda una mujer, madre de familia y su preocupación ahora son sus dos soles.
La miro y, a pesar de ver como la dureza del desierto hace mella en ella, sus ojos me dicen que es fuerte y que nada podrá con ella. Aun sigue guardando esa fuerza y ese genio y a la vez esa ternura que la caracteriza.
Esos ojos, que dicen que la vids de un refugiado no es fácil y que ya son demasiados años viviendo esa injusticia. Esos ojos que piden la libertad de su pueblo y que mantienen la esperanza de ver crecer a sus pequeños en un Sáhara libre.
Tal vez, sus hijos también participen en dicho programa, o tal vez jamás salgan de ese lugar llamado "el desierto de los desiertos". Y como ella, miles de jóvenes esperan una solución a este conflicto que ya se alarga más de la cuenta. Ella, como cualquier madre del mundo, quiere lo mejor para sus hijos, una vivienda digna, y una vida lejos de la dureza del desierto.
Madre, joven, saharaui, fuerte y luchadora. Ella. Mi niña, ahora mujer. Mi hermana. Ella... Aisa.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Podría, pero no.

Podría hablaros de lo que se siente en el pecho cuando te sonríe, o te dice cualquier tontería de esas que os hace estallar en mil carcajadas. Y podría contaros qué se siente al tener sobre tus labios unos labios como los de él. Podría hablaros de su pelo negro, de esa sonrisa que parece que haya estado creada a la perfección. Incluso podría contaros la sensación de bienestar que puede darte su olor, o el sentir sus brazos alrededor de tu cuerpo, abrazándote. Podría contaros mil cosas sobre él, sobre sus gustos o sus manías.
Podría hablaros de las veces que he cerrado los ojos y he deseado volver a un punto del pasado para evitar que aquel día todo fuera mal y acabara. Si hubiera sabido todo lo que hoy sé, mis caminos habrían sido diferentes aquel día. Podría contaros sobre todas esas veces que me he aguantado un beso, una palabra de apoyo, un abrazo, un "pase lo que pase aquí estaré. Siempre". Podría hablaros de lo mucho que le he echado de menos en días señalados (tengo demasiada buena memoria), y también en días normales, sin nada de especial. Podría deciros que sentí que le conocía de toda la vida cuando me apartaba el pelo de la cara y me besaba el cuello. Podría contaros que todavía guardo las fotos en el ordenador, y que a veces las miro, cuando quiero recordar momentos que consuelen mi presente. Como si ahora hubiera que conformarse con mirar de lejos a un pasado. Podría hablaros de las veces que oí esa canción que tantas veces oímos juntos, esa tan especial, analizando letra a letra, cada palabra, toda la canción. Buscando todas las respuestas a mis porqué. Podría contaros cuantas veces me tragué las ganas de gritarle al mundo que porqué las cosas no podían ser más sencillas.
Pero lo cierto es que estoy segura de que ya no soy uno de sus pensamientos más destacados. Que ya no soy esa chica con la que deseaba hablar por las noches al llegar a casa y a cada ratito que tenia libre. Podría contaros lo mucho que he sentido esa magia cuando nos mirábamos a los ojos, porque eso era pura magia. Podría hablaros de los sueños que construimos, de los miedos que los dos tuvimos.
Pero una historia tan bonita no se puede contar.
Mis palabras no harían justicia a todos esos momentos mágicos.
Daría tanto por que él regresara...tanto. O por saber si él también echa de menos mis sonrisas a tres centímetros de sus labios. O el calor de mis palabras. Me encantaría por un segundo olvidarnos del pasado, y el futuro. Incluso del propio presente. Abrazarle y que se detuviera el tiempo, y sus labios volvieran a encontrar refugio en los míos. Me encantaría poder estar ahí todos los días, sin excusas por las que abrazarle ni caricias que retener. Me encantaría besarle porque sí, sin más motivo. Me encantaría poder poner esa canción sin sentir que solo somos pasado. Me conformaría con despedirme de él en cualquier lugar del mundo con un beso de esos que susurran sin palabras un: 'Venga, ya el último, que tengo que irme...' Sabiendo que habrá otro después, y otro e irnos riendo cuando acaben los besos y tuviéramos que despedirnos de verdad. Me daría igual el ritmo que llevaran las cosas ahora, lo último que tengo es prisa. Saborearía cada segundo a su lado, como si estuviéramos en el verano más caluroso y todos esos momentos fueran un helado enorme.
Os podría hablar de las mil locuras que haríamos juntos, pero os estaría hablando en vano, ya que él no va a volver. Y ese nosotros puede que ya no esté.
Podría hablar de lo mágicas que suenan las palabras en sus labios, o de la simple corriente de su mirada que te arrastra hasta llevarte a la locura, que te atrapa, que te hipnotiza.
Podría contaros mil cosas de él... pero mis palabras no harían justicia a la sensación mágica de tenerlo en frente de ti y te sonría. Así que mejor hoy, no os hablaré de él. 


viernes, 12 de septiembre de 2014

Por segunda vez...

De repente, se me viene a la mente aquel día que decidí no volver a escribir más sobre ti. Palabras incumplidas. Hoy, algunos meses después, vuelvo a proponerme el mismo reto. Esta vez no me faltará la fuerza de voluntad, lo sé, estoy convencida de ello aunque quizás, pasado un tiempo, mis palabras vuelvan a quebrarse como el frágil cristal. Juro poner todo mi empeño.
No más días a la espera de un saludo, no más hilos manejando mis estados de ánimo. Quiero ser yo...
A veces, el hecho de sentir que todo marcha medianamente bien, es solo una sensación temporal, es vivir con una sonrisa entre una ilusión y otra por tu parte. Y todo lo que antes dolía, con el tiempo se va convirtiendo en un escozor demasiado constante, puede ser, pero sin esas punzadas que me hacían querer bajarme del mundo.
Nada dura eternamente, ni lo bueno ni lo malo y aunque todo este tiempo sin verte me haya parecido una eternidad, cada día que pasa es un mini pasito con el que voy avanzando. No quiero volver a sentirme una simple distracción de nadie,  ya tuve tiempo de aprender, aunque hay algo aún que me impide dejar de pensar en ti. Pero ya es hora de que empiece a valorarme... Y no quiere decir eso que niegue mis sentimientos, es el mayor acto de hipocresía que cualquier persona puede cometer, el intentar ocultar lo que uno siente. Me volví incrédula, desconfiada,  pero sobre todo reticente a abrirme a conocer a alguien. Y el tiempo pasa... Y no quiero seguir estancada en algo que, al parecer, sólo veo yo.
Quiero llorar de felicidad y poder sonreír en la tristeza... ¡Ser yo! Y sobre todo, aprender a vivir con lo que conlleva el quererte sin tenerte, que no es nada fácil... No creer en las palabras, sino en las miradas... Tratarte cómo yo soy tratada,  como uno mas... No tener que esperarte...
Tal vez, tenga que tragarme mis propias palabras, tal vez escriba sobre papel mojado (probablemente así sea), y sé que no es ni será fácil lograrlo,  pero, a pesar de todo, quiero intentarlo de nuevo.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

De madrugada

Y eran las 2.30 de la madrugada cuando llegué a la conclusión de que pensar tanto no es bueno. Darle mil y una vueltas a las cosas que no tienen solución y que jamás cambiarán, sólo te llevan a sentirte peor, a sentirte  culpable de cosas de las que verdaderamente no tienes la culpa... ¿o quizás si? Si. Tal vez si. Quizás en parte seamos culpables de que algunas de esas cosas sigan provocando escozor. ¿Masoquismo tal vez? Y algo que me pregunto de vez en cuando es, ¿por qué esas cositas que te "pinchan" reaparecen con más fuerza en la madrugada? Afirmo. La noche está llena de recuerdos, como también lo está de cosas que no deberían doler pero que te martillean la cabeza una y otra vez. Si, de madrugada el mundo parece girar demasiado deprisa... Y das trescientas vueltas en la cama buscando respuestas que no te llevan a ninguna parte.
Y antes de disponerte a dormir, cuando tu cabeza está cansada de dar vueltas, y ya empiezas a sentir esa presión en el pecho y las lágrimas ya están sostenidas solamente por las pestañas inferiores, te intentas autoconvencer que nada va a cambiar por mucho empeño que tú pongas, que nadie va a dar nada por ti, aunque tú estés dispuesta a entregar tu alma. Porque sabes que lo harías todas las veces que fuese necesario.
Y entonces caes en la cuenta que te sientes como si fueras un libro en una estantería que sólo es leído cuando de repente llegan las ganas de recordar la historia escrita o, y aquí es ya cuando sientes como se te quiebra el alma, cuando no se tiene a mano mejores libros que leer.
Y vuelves a culparte por permitir que eso sea de esta manera. Y te repites una y otra vez que nada va a cambiar jamás, que ya solo eres ese libro que ocupa un lugar en la polvorienta estantería, un libro pasado de moda, un libro más... Pero, ¿cómo se le explica eso al corazón?
Intentas dormir y la madrugada estira cada minuto cómo si fueran horas. Esas noches así parecen no acabar nunca...

domingo, 7 de septiembre de 2014

730 días...

Se dice que es el tiempo el que se encarga de poner cada cosa en su lugar. ¿Pero cuánto tiempo se necesita? Porque yo aun sigo esperando que el tiempo ordene toda esta amalgama de sentimientos... Y lejos de poner mi cabeza en orden, cada dia es un pequeño nudo el que se une a toda esa maraña.
¿Por qué aun sigo igual después de tantos días? ¿Por qué sigues aquí sin estar? ¿Por qué eres tú sin ser..?
Y hoy es de esos días que sé con plena seguridad que no te irás de mi pensamiento. Lo sé. Y es inevitable. ¡Ayy, como odio a veces tener tan buena memoria!
Y vuelvo a pensar en el tiempo, y empiezo a preguntarme cuánto tiempo más necesitaré para que dejes de doler... Bendito dolor que aún hace que te sienta cerca, que me indica que sigues aquí, que aun estando lejos sigues conmigo.
Tal vez el tiempo sea relativo y que a ti te bastasen solo unos dias para borrarme de un plumazo. ¿Cómo sé hace eso? A mi el tiempo no me ayuda...
Tal vez, lo que si me haya enseñado todo este tiempo es a entender que no eres para mi. El tiempo me hizo conformista. No ayuda a olvidar pero si a entender mejor ciertas cosas, aunque también me haya servido para plantearme algunas preguntas que morirán en mís labios antes de ser formuladas, quizás ahogadas por un suspiro.
Y eso es lo que hago cuando sin querer me sorprendo a mí misma pensando en ti. Suspirar.
Pero hoy, la sorpresa sería si no te pensará ni un segundo. Hay dias y días...
Y ahora,  me encantaría acabar la entrada con un rotundo y rimbombante te quiero, pero tal vez el tiempo también me haya enseñado a ser prudente... Mejor callar que echarlo todo a rodar. Y es que, como dije antes, el tiempo es muy relativo, 730 son demasiados días sin verte, pero no son lo suficiente para olvidar.


jueves, 28 de agosto de 2014

Ataques de "quiero verte"

Y de repente me entraron unas inmensas ganas de saber de ti... De cómo estarías, de que andarías haciendo, de con quien estarías, si tendrías un buen día o no... Tal vez todo eso, se podría resumir en un rotundo "daría lo que fuera en este momento por estar contigo". Sí, eso es. Más allá del interés de todo lo anterior, creo que lo que en ese momento se apoderó de mi fueron unas enormes ganas de tenerte a mi lado. Si, tal vez sea que te eche de menos. Tal vez sea por eso que me den esos "ataques de quiero verte" incontrolables.
Y mientras estoy sumergida en mís pensamientos, mientras me imagino junto a ti, me asalta la pregunta de si tu también me echas de menos a mi... Tal vez muy de cuando en cuando, en algunos de tus momentos de reflexión, o si por el contrario, nada está más lejos de ello. Preguntas sin respuesta. Y fantaseo pensando que me echas de menos, que te acuerdas de mi, que a ti también te dan "esos ataques de quiero verte"... Nada me cuesta soñar despierta.
Y lo siento, pero es que estos ataques de quiero verte, ni se fueron y me temo mucho que ni se irán.

martes, 26 de agosto de 2014

Quien busca, encuentra.

Bien cierto es que "quien busca, encuentra" y sí,  encontré. Me sumergí en letras e imágenes del pasado, algunas, las cuáles, incluso había olvidado que existían o existieron.
Frases hiladas con el más maravilloso sentimiento, imágenes que demuestran que hubo momentos maravillosos a los cuáles volvería sin pensar, música que me transporta años atrás. Y entonces cierro los ojos, y me veo paseando contigo de la mano y un escalofrío me recorre el cuerpo.
Y continúo revolviendo el cajón de los recuerdos, y como siempre que se me ocurre la brillante idea de volver atrás,  he notado como una fria daga de hielo me ha atravesado el pecho, congelando hasta mis latidos. Palabras punzantes, palabras que dolieron, perdón, que aún duelen a pesar del tiempo. Los ojos se me llenan de lágrimas. Existe otro nombre. Una ilusión. Ya no era yo...  Y me pregunto: ¿Fué también tan bonito y real? Prefiero no contestarme. Prefiero no saber nada. El simple hecho de saber que existió me provoca escozor.
Pero me quedo con lo que a mi respecta, me quedo con que todo fue mágico, inesperado, maravilloso y, sobre todo, auténtico, verdadero y real.
Y leyendo de nuevo algunas frases en las que la destinataria era yo, esbozo una pequeña sonrisa y me pregunto en voz baja: ¿Cómo no iba a quererte? Pecado hubiese sido no hacerlo... Además de imposible.

domingo, 24 de agosto de 2014

Como cada noche...

Y entonces cerré los ojos para poder verte... Me abandoné al sueño para tenerte cerca...
Y como en la mayoría de las noches ahí estabas. Y te besé. Y pude sentir el calor de tu abrazo, el suave cosquilleo que me producen tus caricias, y una vez más escribimos nuestra perfecta historia. Esa que se forja en un rincón de mis sueños. Cada noche un libro nuevo que acaba cuando la mañana llega...
Risas que parecen no cesar nunca, miradas que hablan, bocas que besan. Y el deseo se hace tan real que no quiero despertar. Puedo sentirte, tan lejos pero tan cerca.
Como dos almas que se buscan y se encuentran cada noche en el mismo sitio.
Y cierro los ojos... Y es tan fácil encontrarte...
Porque eres tú. Sigues siendo tú quien llena de vida mis sueños y llena de sueños mis noches.
Tú y yo. Mil y una historias.
No tardes esta noche... Te espero en el sueño de siempre.


martes, 19 de agosto de 2014

Cómo decirte...

Y si pudiera decirte todo esto que me pincha y me duele en la garganta... Esas palabras que están atravesadas buscando la manera de llegar hasta mis labios.
¿Cómo decirte que te quiero mio? Que odio compartirte incluso con el aire, que siento celos de cada sonrisa, cada  mirada, cada palabra que no es para mi...
¿Como decirte que me duele el no verte? Que cierro los ojos para tenerte cerca, que cada noche que apareces en mis sueños, tengo miedo de que llegue la mañana porque es el sol quien me separa de ti...
¿Cómo decirte que a veces eres el sueño que no me deja dormir? Que deambulas por mis pensamientos como si de tu propia casa se tratase, con paso firme y decidido, pisando fuerte con la intención de ir dejando huellas imborrables...
¿Cómo decirte que si pienso en que otra pueda llegar a tocarte algo se me clava en mi interior? Como mil agujas afiladas que me avisan que no estas, que te quiero y no te tengo, que no puedo evitar sentir celos hasta tu sombra... Y que no puedo hacer nada para evitarlo... Yo soy tuya sin tú ser mio. Y eso duele.
¿Cómo hacerte saber que lo que parece que no me importa me quema y lo ahogo con mi orgullo? Que no digo nada, que prefiero callarme porque no soy nadie para hablar...
¿Cómo decirte que te quiero para mi y conmigo?


viernes, 15 de agosto de 2014

Un sueño... Una realidad

Y entonces me desperté, cuando ya casi pisaba tu arena... Nunca estuve en el mojayem, pero este sueño fue muy real.
Subida en un coche, no muy lejos vi la daira de Tichla, pregunté a varios niños, como debía llegar al barrio 2... En mis manos, llevaba una foto de Fátima, quien sostenía en brazos a la pequeña Feluka. Una foto que recibí en una carta. Yo miraba la foto nerviosa, estaba a punto de volver a verla y ansiaba abrazarlas. Así se lo hacía saber al chófer que conducía a gran velocidad. Recuerdo que vimos unas casas de adobe y él señaló con el dedo mientras en un perfecto español, me dijo: "Ya casi llegamos, eso que se ve es Tichla".
Yo miraba la foto una y otra vez. Fátima, sonriente y siempre bella, ataviada con una mel7fa color rosa claro, me mostraba a su pequeña princesa. En el reverso de la foto había escritas unas palabras con boligrafo azul: "De parte de Feluka para su tita y de parte de Fátima para su hermana. Ven pronto" Recuerdo cada detalle, como si de una realidad se tratase.
Al fin llegamos a Tichla, y cuando me decidí a bajarme del coche, me desperté.
Intenté cerrar los ojos para continuar el sueño, estaba a sólo un paso de reunirme con Fátima después de 15 años sin verla, sólo a través de fotografías. No pude retomar tan maravilloso sueño y desperté en medio de la tristeza de no poder verla y conocer a la pequeña Feluka y a sus dos hermanitos.
Sueño, que espero tenga su final feliz en una realidad no muy lejana.




jueves, 14 de agosto de 2014

Tú... Eres ese ser que logra hacerme sentir cosas inexplicables sin ni siquiera rozarme...
Tú... Quien con una simple mirada es capaz de transformar en melodía el silencio, de decir tanto sin pronunciar nada...
Tú... Ese que maneja a su antojo mi estado de ánimo, sólo con una simple palabra...
Tú... Dueño de una sonrisa de infarto,  capaz de hipnotizar en décimas de segundo a quien tiene el placer de disfrutarla...
Tú... Quien con tus labios me haces viajar a mundos extraterrenales...
Tú... Poseedor de unas caricias que hacen erizar mi piel con sólo un leve contacto...
Tú... Arquitecto de mis sueños, nombre de mi insomnio, razón de muchos de mis desvelos...
Tú... Conocedor de secretos, refugio de mis miedos, calma...
Tú... Tentación irresistible, deseo infinito, ganas inacabables...
Tú... Locura y cordura, noche y día, realidad y fantasía, calor y nieve, amor y odio...
Tú... Guerra y paz, dulzura y frialdad...
Tú... Ese eterno sí.
Tú... Sencilla, inexplicable, simple y únicamente, TÚ.



miércoles, 13 de agosto de 2014

Hay días como hoy...

Hay días en los que no me aguanto ni yo... Que no me entiendo... A veces te quiero lejos, pero de repente siento la imperiosa necesidad de sentirte cerca.
Por momentos intento convencerme de que cada cual tiene un camino que seguir, pero a ratos me comen los celos y me monto mis propias películas mentales... Días de sentimientos encontrados, en los que me gustaría por un segundo ser de ideas fija. Y lo único fijo que saco en conclusión es que tienes la enorme capacidad de transformar mi estado de ánimo. Tanto para ponerme una sonrisa cuando el día no es de lo mejores, como para  sacar de mi esos celos que, a veces pienso que puedo controlar... Esos que irremediablemente aparecen. A veces necesito recordarte, otras, tú recuerdo me duele.
No sé, me encantaría saber cual es ese sentimiento que provocas en mi. Me descentras, me desatas, me desarmas, me  enloqueces... Ojalá supiera provocar ese mismo efecto en tí. Que no supieras si me quieres o me odias, si quieres tenerme a tu lado o tenerme a kilómetros... Si piensas en mi...
Hay días, como hoy, en que ni te quiero, ni te odio.



lunes, 11 de agosto de 2014

Si pudiera...

Sentada en el muro de piedra, mientras veo como el sol se esconde tras las montañas y el fresco airecillo trae hacia a mi el olor a agua salada de la laguna, siento nostalgia. Nostalgia de ti.
Y es que, si pudiera, vería contigo cada puesta de sol...
Si pudiera... No dejaria de mirarte ni un solo segundo, hasta llegar a aprenderme de memoria tus facciones.
Si pudiera... buscaría el calor de tus brazos ahora que las noches de agosto comienzan a a ser más frías. Lo haría hasta convertirlo en una costumbre... Hasts que si una noche no buscara tu abrigo, tú me echases de menos.
Si pudiera... Me perdería en tu mirada, haría de tus ojos mi espejo, el espejo en el que me miraría cada mañana.
Si pudiera... Sería el motivo de tu sonrisa, provocando irremediablemente la mía, te diría todo sin palabras, evitaría cualquier cosa que nublase el brillo de tu mirada.
Si pudiera...  como dice la frase, si pudiera, te besaría hasta la voz.
Si pudiera... Amaría hasta tus defectos, hasta tus perfectas imperfecciones.
Si pudiera... Hoy estaría a tu lado, en lugar de estar aquí, con la luna como única compañía, echándote de menos.


miércoles, 6 de agosto de 2014

Déjame ser...

Sólo te pido... déjame clavar mis pupilas en la profundidad oscura de tus ojos. Profundidad en la que un día me perdí y ahora no sé cómo salir, tal vez sea porque ni siquiera busqué el modo de salir.
Sólo te pido... déjame acariciarte. Quiero decirte con caricias lo que mi boca siempre calla, leerte palmo a palmo con las yemas de mis dedos y con los ojos cerrados.
Sólo te pido... déjame envolverme en el suave aroma de tu abrazo. Déjame abandonarme al refugio de tus brazos, donde una vez me sentí segura.
Sólo te pido... déjame parar el tiempo mientras nos sonreímos. Déjame besarte la sonrisa.
Sólo te pido... déjame unir mis labios a los tuyos. Permíteme olvidar el mundo con sólo el roce de tus labios. Déjame decirte con un beso durante lo que tanto tiempo he callado.
Y por último,  sólo una cosa te pido... No permitas jamás que pueda llegar a olvidarte... Déjame ser contigo.

lunes, 4 de agosto de 2014

Tal vez...

Tal vez algún día nuestras miradas vuelvan a cruzarse, y entonces, quizás, comprendamos lo que fue o sepamos realmente lo que pudo ser... Tal vez el tiempo caprichoso se haya encargado de ponernos a cada uno en nuestro lugar, o si por el contrario, la fria escarcha sobre nuestros sentimientos intactos nos recorra el cuerpo, derretida por el calor del leve roce de nuestra piel al saludarnos.
Quizás seamos dos extraños, cuya memoria táctil haya ido borrando recuerdos de tantas caricias secretas, de tantos besos furtivos... O tal vez un escalofrío nos sacuda a los dos mientras el deseo dilata nuestras pupilas y las ganas de ser uno solo se hagan casi palpables.
Tal vez nos devoremos con los ojos... Tal vez nos comamos a besos.
Tal vez tiemble, tal vez sudes. Tal vez nada.
Quizás no pueda apartar mis ojos de ti, o quizás,  ninguno de los dos sea capaz de levantar la vista del suelo.
Tal vez TÚ... Tal vez YO... Tal vez un NOSOTROS siga latiendo a ritmo de nuestros corazones.
Tal vez hablemos mucho sin decir nada... Tal vez nuestros ojos, rompiendo el incómodo silencio lo griten todo. Tal vez sólo sea nuestro orgullo quien hable.
Tal vez, aun, entonces te quiera... Pero es que tal vez, hoy, te quiero.

sábado, 2 de agosto de 2014

Prefiero soñar

¿Cómo sé puede conseguir dejar de querer? Si al parecer el corazón vive en un mundo diferente al resto de nuestro cuerpo... Si por más que intentemos redirigirlo hacia lo que sí debe ser, el late a su antojo.
¿Cuándo se deja de querer? Si a mí el tiempo me está jugando una mala pasada... Por más esperanza de olvidarte que pongo en mis dias, no consigo borrar de mi memoria ni una sola facción de tu cara.
¿Cuántos kilómetros son necesarios para no sentirte tan cerca? Si cada noche vuelves a mis sueños, si la distancia es sólo números, si aun cierro los ojos y puedo oler tu aroma.
¿Qué puedo hacer para seguir caminando sin volver la cara hacia atrás para buscarte? Si lo que en realidad quiero es caminar de tu mano... Como antes. Si a cada paso que doy siento que me alejo y camino descalza sobre cristales.
¿Por qué tengo la imperiosa necesidad de besarte, de mirarte, de acariciarte? Si lo que quiero es independizarme de tus labios, de tu mirada, de tu piel.
¿En qué momento me enamoraste de esta manera? ¿Por qué TÚ?  ¿Por qué YO?  ¿Por qué somos un NOSOTROS separados por un abismo?
Quisiera crear un mundo, tuyo y mio, y que fueses arquitecto de todos mis días. Abrir mis ojos cada mañana y tenerte. Soñar el mismo sueño los dos. Mirarte mientras duermes. Callarte con un beso. Morderte tu sonrisa. Reír, soñar y no despertar jamás. Y si despertamos que sea para vivir nuestro propio sueño.

viernes, 1 de agosto de 2014

Hoy más que nunca...

Y de repente me veo en ese momento en el que no sé lo que quiero...
Aunque es una sensación bastante rara, un sentimiento de desorden en mi mente que no sé por donde empezar a ordenar. Es lo que se suele llamar, un cacao mental en toda regla.
Añoranza de lo que tuve, recuerdos que, por mucho que intente camuflarlos bajo la apariencia de una sonrisa, siguen ahí, latentes, sin pensamiento de desaparecer. Ganas de volver a un pasado donde sonreír era fácil, donde me dormía con un sueño, donde el roce de una piel era suficiente para calmar mi ansiedad, para apaciguar mis miedos, para sentirme segura. Ahora, el insomnio vuelve de nuevo. Mi insomnio, ese que tiene nombre y apellidos.
¿Qué hacer si mis ganas de volver a verte son infinitas? Más que nunca siento que te necesito cerca, no importa cuanto tiempo sea. Y sonrío al pensarlo. Y mis sentimientos se enfrentan cada vez que piso un lugar que tenga que ver contigo. Y sin saber porqué te haces presente en mi, de nuevo, como antes, como nunca, como siempre... Y después de una noche donde has estado habitando en mis sueños, hoy más que nunca necesito verte...



lunes, 28 de julio de 2014

This is London...

This is London! La que te da la oportunidad de conocer a gente tan distinta pero tan igual a ti a la vez...
Y la amistad surge, y crece día a día... Y entonces te das cuenta de que, aunque en un primer momento nada te unía a esa persona, tantas horas de charla te hacen ver que son muchas cosas las que tenéis en común. Muchas risas, algún enfado, pero momentos que viviría de nuevo sin pensármelo dos veces. Dicen que lo doloroso no es despedirse, sino que lo que duele son todos esos momentos que se irán con ese adiós, por eso nosotros no nos despedimos, sólo nos dijimos hasta luego. Conocerte ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en Londres. Ahora tengo una penita y es que pienso como tú: "debió ser antes". Pero más vale tarde que nunca. Estábamos en la misma ciudad y podríamos no haber coincidido jamás, por eso hoy creo en las casualidades, algunas de ellas maravillosas.
Y a pesar de que me saques de mis casillas, me desquicies y saques a relucir mi "mala hostia" a menudo, te voy a echar mucho de menos, hasta en esos momentos. (Si, si ya sé que yo también te pongo de los nervios).
Hace poco leí una frase que decía algo así como: "y entonces conoces a la persona adecuada en el momento inadecuado"  y entonces pienso que el tiempo nos ha jugado una mala pasada.
Pero míranos, aquí estamos los dos mirando al frente, sin saber que nos deparará el mañana, sin saber si esta ciudad volverá a juntarnos o no, si nos haremos visitas allí (tú ya me debes una)... Como tú dices, todo es una incertidumbre.
Sólo me queda darte las gracias por tantos momentos especiales. Y quiero que sepas  algo, que siempre tendrás a esta "gitanilla" dispuesta a oirte, a levantarte el ánimo con mi disfraz de "payasa sin fronteras", para oirte cuando me digas que 'todo te va de lujo' y yo te diga: "te lo dije"... Pero que sepas una cosa "Rumanillo", las pelis de animales no serán lo mismo sin ti. Voy a echarte muchisimo de menos aunque espero poder seguir diciéndote que "me sacas de quicio, Raúl" jejeje. Cuídate mucho y ya sabes lo que pienso... See you soon again!

sábado, 28 de junio de 2014

El día tonto de la semana...

Odio estos días así... Odio estos días en los que este sentimiento de tristeza me invade. La lluvia golpea de continuamente el cristal, la música suena de fondo y en mi cabeza se mezclan miles de cosas... Una semana difícil. El corazón se encoge, de vez en cuando, como si quisiera llorar. Siento que no tengo nada de que hablar, pero mucho que decir. Me molesto a mí misma. Lo admito, tengo ganas de llorar. Y un nudo recorre mi garganta de arriba a abajo, una y otra vez. Me siento insignificante, tonta... Como me gustaría ser de otra manera. ¿Alguna vez alguien me necesitará en su vida? ¿En que falló o he fallado? ¿Dónde está el error? ¿Que soy?
El echar de menos a los míos ya pesa mucho, también.  Muchas cositas que se juntan y que forman la bola grande...
Quizás sea el día que me pone tonta, este cielo gris que no deja pasar ni un mínimo rayo sol por ningun lado. Mi única compañía, la melancolía. Mi mente vuela lejos, a muchos kilómetros de aquí. Hoy sábado hay muy poco que hacer. Y yo aquí, sentada en mi ventana, con la cara casi pegada al cristal, viendo como la gente pasa... No les importa la lluvia. ¡Ay, no! Esto puede conmigo. ¿Estoy de mal humor? ¿Será que ni yo misma me aguanto? ¿Tristeza? ¿Demasiado silencio? Puede ser... Tengo la mente colapsada, el pensar tanto no es para mi... Creo que,  cómo dice la cancion hoy llueve por dentro. Si, hoy llueve fuera y dentro de mi.

jueves, 26 de junio de 2014

Saber...

¿Cómo llamar a ese sentimiento en el que te ves atrapada entre decir lo que otros quieren escuchar y lo que realmente quieres decir?
¿Cómo digerir esa bola de palabras, que, atropelladamente guardan su turno para salir, pero nuncan asoman a tu boca? Callar por miedo a estropearlo todo, disfrazar sentimientos. Respirar hondo. Tragar saliva y sonreír.
¿Por qué me importa más lo que ya en realidad no debería ni escocer, que lo verdaderamente importante?
¿Por qué quien quizás más lágrimas me haya hecho derramar, es a la única persona a la que quiero oír, la única capaz de consolarme en mis momentos de bajón y la única que realmente sabe como tratarme?
¿Por qué hay cosas que me molestan cuando no deberían llegarme ni al pelo?
¿Por qué esos celos, SÍ CELOS, que aparecen de repente me bloquean, me enervan cuando en realidad yo pensaba tenerlo todo controlado? Es algo que me supera. Yo jamás fui así...
¿Hasta cuándo me van a doler la indiferencia, amoríos que no van conmigo y esos malditos "intervalos de silencio"?
¿Por qué una sola palabra es capaz de cambiar mi estado de ánimo?
¿Por qué todo? ¿Por qué TÚ? ¿hasta cuándo TÚ?
Necesito saber tantas cosas...

 

martes, 24 de junio de 2014

Hoy, igual que ayer

Hoy es un día imposible de pasar por alto... Hoy, 25 de junio. Y fue un 25 de junio cuando te vi por primera vez y aun lo recuerdo como si hubiese sido ayer, a pesar de que haga ya algunos años... Recuerdo no dormir nada la noche antes, los nervios no me dejaban, sólo pensaba en cómo sería ese encuentro, nuestro primer encuentro. Las ganas hacian la noche eterna. El sol parecía bromear con la situación y jugaba al escondite. Pero al fin llegó el momento.Y allí estabas tú, en esa estación... Te vi de espaldas, y mi primera intención fue la de correr y no precisamente a tu encuentro. Me invadía el miedo en cada paso que daba hacia ti. Tenía el corazón que parecía querer salirse de mi pecho. Lo que yo no sabía es que luego latiría aun más fuerte y de una manera completamente distinta. Miles de dudas asaltaron mi cabeza... ¿Y si era poca cosa para ti? ¿Y si no te gustaba? ¿Y si esperabas otra cosa de mi? Y de repente me vi a pocos centímetros de ti y tú seguías de espalda. Temblaba. Te volviste, nos saludamos... No me lo podía creer, te tenía a mi lado. A ti. Había soñado tantas veces con ese momento... Buscamos un lugar en el que poder descansar y conversar, ¡había tanto de que hablar!
Los minutos pasaban volando y yo, aun sin poder creerme lo que estaba viviendo, intentaba atesorar cada milésima de segundo que pasaba junto a ti. Risas. Risas que afloraban sin esfuerzo. Un beso dudoso, temeroso, al no saber cual seria nuestra reacción. Y sucedió. Pétalos azules. Ese brillo especial en los ojos. Tus ojos... Y me perdí. Me adentré en tu mirada. Me hice adicta a tus besos, adicción que aun sufro. Y desde ese día, un pedazo de mi corazón se quedó contigo...
Maldita despedida que hizo que nos separásemos y yo, no pude reprimir que, alguna que otra lágrima, resbalase por mi mejilla.
Aun, a día de hoy, siento que a veces, el corazón me late de la misma manera que latía ese primer día. Y la melancolía me invade al recordar cada momento que vivimos juntos, también sonrío. Y, por muy triste que sea, todavía, te echo de menos. No cambiaría por nada ni uno de los segundos vividos contigo. Y es que tú, por mucho tiempo que pase, siempre serás tú. Y siempre tendrás ese huequito en mi vida tan tuyo que guardo intacto celosamente.

lunes, 23 de junio de 2014

Desorden

Llegas, desordenas y te vas. Pones mi mundo patas arriba y ni siquiera te remuerde la conciencia. Y te marchas. Y yo de nuevo, empiezo a poner en orden mis pensamientos, mis sentimientos. Con esmero, con cuidado y cada en su lugar. Intento no equivocarme y dejarlo todo tal y como estaba, antes de que tú llegases cual huracán, dejando todo K.O. en mi cabeza.
Pues si, todo es cuestión de acostumbrarse. Y no es la primera y me temo que no será tampoco la última. Ya sé donde colocarlo todo y es que una aprende a base de hacer lo mismo una y otra vez. Pero siempre me queda un dilema, hay algo a lo que no le encuentro sitio, que no sé dónde colocar. No encanja en ningún sitio y queda perfecto en cualquier lugar. ¿Dónde te coloco a ti? ¿Cual es tu sitio en este desorden? Eso es algo que siempre se me escapa... Estás ahí entre lo que me gusta y lo que me duele.
Estás y no estás. Vienes y vas.
Y es que tengo claro que "tú" y "yo" sólo son pronombres y nunca un "nosotros", al menos sé que lo tengo todo perfectamente descontrolado.

lunes, 16 de junio de 2014

Huella y hueco: LOREA

Y todo lo que empieza acaba... Todo, no. Porque hay amistades que surgen sin esperarlo y te das cuenta que alguien, a quien en un primer momento sólo viste como conocida, puede llegar a convertirse en AMIGA. Y sí,  amiga en mayúsculas. De las que se preocupan, de las que si te ven decaída, ahí están al momento, demostrando todo su interés por ti, de las que saben guardar secretos, de las que aconsejan aun sabiendo que quizás, por una oreja entre y por la otra salga, de las que ríen si ries, pero también lloran contigo si es necesario. Amigas no de las de palmadita en el hombro, sino de las de abrazo... Amigas que cuando se van, dejan huella y un hueco enorme, de las que inevitablemente sabes que echarás de menos.
Y si unimos todo esto, a mi me sale un nombre: LOREA.
Y es que, a pesar de conocernos por casualidad, sabes como llegar al corazón de las personas y eso es gracias a la maravillosa personalidad que tienes. ¿Y que quieres que te diga? Que me es difícil separarme de alguien con quien he compartido tantos momentos de risa, de charla... Y hasta de lágrimas. Lore, mi niña, no te imaginas como voy a echarte de menos. ¿Qué será ahora de esta malagueña sin su pamplonica? 
Pero como bien digo, no todo lo que comienza acaba. Porque de aqui, ha salido una amistad de las de verdad. Porque Londres me ha dado la oportunidad de encontrarme con mucha gente, de conocer a algunas personas, pero siempre SIEMPRE, tendré presente que Londres nos puso en el mismo camino. Muchos meses juntas, y ahora serán muchos los kilómetros que nos separen. Pero nadie le puede poner puertas al campo y, prometo verte muy pronto (si me invitas, claro) jejej.
Que te quiero mucho y te lo digo con el corazón en la mano. Que eres muyyyy grande, mucho y que por personas como tú, esta experiencia ha merecido la pena. Tú te vas, yo me quedo un poco más y estoy segura que tanto yo, como las demás te echaremos muchísimo de menos. Sé feliz. Corre tras tus propósitos y sobre todo, no te olvides que "tu malagueña"  estará siempre para lo que necesites. Dejas huella y hueco. Espero verte pronto...

Un pedacito de Andalucía en Londres

Nada mejor que pasar un fin de semana entre amigos... Sin parar, a contrarreloj, ir corriendo a todas partes, saltar, reír, gritar... Y este fin de semana ha sido espectacular. Desde que empecé mi estancia en Londres,  he querido recibir la visita de alguien (me hacía ilusion) y ese momento llegó. Si, con algún contratiempo pero conseguimos estar juntos. Trenes cancelados, buses que van lentos... Y hasta perderme en el aeropuerto. Pero al fin nos vimos y estaba completamente segura que sería un fin de semana para no olvidar. Un trocito de mi tierra aquí conmigo, tan lejitos... Eso es de agradecer.
Dicen que los momentos no son sólo como los vivas, sino también con quien los vivas y de este fin de semana atesoro muchos buenos momentos, vividos con la mejor compañía. Días duros y largos, de mucho cansancio, pero todo esfuerzo, cansancio y horas robadas al sueño, han merecido la pena a vuestro lado.
Parecía que los días duplicaban sus horas, pero en realidad, si me pongo a pensar, el finde ha sido un suspiro, un abrir y cerrar de ojos. Y es que cuando se está agustito y con buena gente los minutos se convierten en segundo y el tiempo pasa volando. Una visita corta pero intensa. Unos dias dignos de ser recordados y repetidos. Muchísimas gracias por hacer de este fin de semana,  un fin de semana diferente. Y es que la locura, en su justa medida, tiene siempre un sabor dulce... Vivir este festival con personas tan grandes ha sido todo un placer. La próxima vez que nos veamos será allí, en nuestra Andalucía y, para eso, ya falta poquito.

miércoles, 11 de junio de 2014

El tiempo...

El tiempo... ¿Puede haber algo más relativo que el tiempo? Lo que para algunos es tarde, para otros es pronto... Cuando quieres que el tiempo pase deprisa, las agujas del reloj se paran y cuando quiere retenerlo con todas tus fuerzas, el tiempo vuels. Deseas que ocurra algo, vives esperando un momento que, cuando sucede, pasa tan rápido que ni siquiera te da tiempo a disfrutarlo... Decimos: "debí haber hecho esto antes" pero por otra parte pensamos "nunca es tarde"...
El tiempo está ahí y todo se ve según el cristal con el que se mira. Si crees que aun estás a tiempo de hacer algo, hazlo; nunca es tarde pero puede que para mañana si lo sea. Aprovecha el momento, estruja las horas y exprime los minutos si ese momento te hace feliz. Y sí por el contrario, un minuto se convierte en una eternidad  y los días tiene 72 horas busca algo que te haga sonreír, algo que te haga feliz y verás como la eternidad pasa a ser un abrir y cerrar de ojos... Está en nuestras manos convertir un segundo en un siglo o hacer de un minuto una milésima de segundo.

miércoles, 4 de junio de 2014

Y para colmo... Llueve

Pues si, entre tanta sonrisa, siempre hay hueco para alguna que otra lágrima, y si este hueco no existe, ya se encarga ella sola de abrirse paso.
Y es que, cuando tienes una misma pregunta todo el día martilleándote la cabeza, llega un momento en que lo único que deseas es que se haga de noche y el día acabe.
Cuando sientes que tu única compañía es la impotencia y el "no poder hacer", cuando las palabras te caen cómo jarros de agua helada encima y el verde esperanza se torna en un triste gris plomizo, entonces te sientes sin fuerza y te vuelves a preguntar "¿por qué?" ¿Acaso esto sucede por "la gracia de dios? Porque si esto es la gracia de dios, de verdad que sigo sin pillarle el chiste.
Y claro, ya las cosas se acumulan, y la bola se hace gigante y pesa tanto que no puedes con ella... Un poco de aqui, un tanto de alli y todo se vuelve un barrizal del que te cuesta un mundo salir. Esperanzas rotas. Y es que granito a granito se forma el desierto, tanto para bien como para mal... Y para colmo, llueve.

domingo, 1 de junio de 2014

La vida entre trenes.

Anoche, mientras esperaba el tren para volver a casa, me di cuenta que la vida tiene cierta similitud con una estación de tren.
Pasan muchos trenes delante de ti, algunos paran, otros no. Tú los miras y ellos continúan su camino, y tú decides a cual subir, pero tú estás esperando que llegue el correcto, el que te lleve a donde tú quieres ir, el que tú sabes que es mejor y más seguro.
Pero, ¿quién no se ha equivocado alguna vez y ha tomado un tren que no era el suyo? Entonces al final pasa que de ese tren tienes bajar, porque sabes que no te llevará a tu destino. Aunque la compañía sea agradable, sabes que podrías acabar en un lugar perdida, sin ese tren del que has bajado y sin saber donde ir. No, ese no era tu tren ni este tu destino.
También pasa que a veces, para llegar a tu destino, tienes que hacer un cambio de tren, bajar de uno, y esperar, a veces mucho, y a veces muy poco tiempo para que llegue otro en el que decides montarte. Y aunque el viaje sea corto, te relajas y disfrutas de él porque sabes que te llevará a tu destino, porque vas segura aunque un par de parada más adelante tengas que bajar porque el tren ha llegado a tu destino. A su destino. A la última parada.
Otros, sin embargo, paran y te sientes tentada de cogerlo. ¿Por qué no? Quizás es tren no me lleve a mi destino, pero tal vez su destino sea mejor que el mio. Tal vez me guste el viaje. Y arriesgas. Y subes. Y al principio no sabes donde vas, (ya te equivocaste una vez) y tienes miedo. Respiras hondo,  cierras los ojos y lo que, en principio pueda parecer una locura, puede convertirse en el mejor viaje de tu vida.
Y sí, confirmado, los trenes pasan más de una vez. Mientras tú esperas el tuyo, el que sabes de verdad que es el que quieres coger. Espera, ese tren pasará de nuevo, más tarde, pero pasará. Hasta que tú decidas montarte. Pero no te quedes mirando trenes pasar, ni tengas miedo a subir. Supongo que a nadie le gusta quedarse esperando eternamente. Así que decide y sube al tren que tú elijas.

jueves, 29 de mayo de 2014

Regala sonrisas

Con el paso del tiempo te das cuenta que los "nunca más" nunca se cumplen y los "para siempre" siempre terminan. Ya sea para bien o para mal, es ley de vida. Tarde o temprano esto se va a acabar. Pero mientras, que la fiesta dure habrá que disfrutar, y bailaremos aunque la música no sea de nuestro agrado. Hay que saber que lo bueno siempre acaba, pero lo malo también. Nada es eterno, nadie va a estar triste por siempre ni va a ser feliz toda su vida, hay momentos para todo. Aunque yo prefiero los días felices, en los que te sientes bien. Esos días que te levantas de un salto de la cama con ganas de comerte el mundo, esos días en los que la sonrisa la llevas pintada en la cara. Días en los que todo te parece perfecto, en los que parece parece que todo va bien, que el sol nunca se irá. Y sabes que estas viviendo en una absurda realidad, pero no te das cuenta. Pero pienso que, de vez en cuando, muy de vez en cuando, necesitamos derramar esas lágrimas que se nos quedan ahí, almacenadas. De vez en cuando es bueno abrir el grifo y dejar las lágrimas correr y es que también necesitamos unas lágrimas, que vengan de sólo de visita, que no estén aquí para siempre. Y es que ni el que se piense hecho de piedra, puede evitar hacerlo algún que otro día, en un momento de debilidad, tal vez en esos días de nubes, contrapuestos a los que dije anteriormente.
Pero si, yo soy de las que piensa que una sonrisa es lo mejor que tenemos, la mejor medicina. Cura de todo y además, es universal y gratis. Porque sí hay algo más bonito que recibir una sonrisa, es ofrecerla.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Podríamos...

Ya veo que la palabra "poder" o "podemos" está de moda... Yo la cambio por un "podríamos" y este es mi programa: Podríamos ser todo y nada a la vez. Podríamos ser más y mejor. Podríamos ser un día cualquiera lleno de sorpresas. Podríamos ser un barco de papel que no se hunde en el mar. Podríamos ser una moneda de dos caras que siempre diga que nada va a salirnos mal. Podríamos ser la duración de una canción en un beso. Podríamos ser verano en pleno invierno. Podríamos ser un beso de los que calan en los huesos. Podríamos ser muchas noches sin dormir. Podríamos ser un juego de uno jugado por dos. Podríamos ser miradas que se clavan. Podríamos ser silencios y caricias. Podríamos ser un corazón dibujado con tu dedo en mi pecho, o un te quiero dibujado en tu espalda. Podríamos ser norte, sur, este, y oeste. Podríamos ser cualquier cosa que sueñes conmigo. Podríamos ser un tesoro escondido en el fondo del mar. Podríamos ser caricias que recorren caminos sin ningún final o una canción por terminar. Podríamos dejar de ser tú y yo, para ser un nosotros. Podríamos ser una historia de ciencia ficción, comedia, terror, amor, pero nunca drama. Podríamos ser fuego sin quemarnos. Podríamos ser pasión en nuestras miradas. Podríamos ser el mejor día de nuestra vida. Podríamos ser tu risa rodeándome para desaparezca el miedo y una sonrisa segura. Podríamos ser una noche bajo el cielo estrellado. Podríamos hacer la guerra para después hacer el amor. Podríamos ser desayuno de besos. Podríamos ser tantas cosas como alcance tiene nuestra imaginación. Podríamos ser una cama deshecha y nuestra ropa por el suelo. Podríamos ser las ganas que nunca faltan. Podríamos ser hasta lo inimaginable. ¿Te imaginas? 

lunes, 26 de mayo de 2014

Esa pared llamada "Orgullo"

El orgullo... ¿Qué es el orgullo? Ese sentimiento que nos impide decir todo lo que en realidad estamos deseando gritar. Ese sentimiento que, en ocasiones nos hace perder a las personas que verdaderamente queremos, que por nada desearíamos que se fuesen de nuestro lado, pero es un sentimiento tan fuerte que nos impide derramar lágrimas ante los demás, pedir perdón cuando causamos algún daño y hasta pronunciar palabras como: "te quiero" o "te necesito".
Dejamos que el orgullo hable y actúe por nosotros, pisoteando y machacando nuestros verdaderos sentimientos, los cuáles ahogamos en suspiros cuando nadie nos ve.
Y nos pensamos fuertes,  invencibles, todopoderosos, y creemos que lo merecemos todo, que podemos con todas las situaciones, cuando en realidad somos más frágiles de lo que pensamos. ¿Qué ganamos con la máscara del orgullo? Tratamos de enmascarar nuestros sentimientos aunque los latidos del corazón retumben en cada rincón del planeta. Orgullo... Algo no tiene sabor, ni color, ni tamaño, y sin embargo es lo más difícil de tragarse...
Esa pared de ladrillo que no deja traspasar ningún sentimiento, envolviéndonos en una falsa coraza.
Y es que cuando el orgullo grita todos los demás sentimientos se acobardan  permaneciendo en la sombra. Seamos conscientes que ni vamos a ser menos valientes ni seguro nos ahogariamos si, muchas veces, nos tragásemos el orgullo.

Porque tú me has inspirado y porque tanto tú como yo debemos, a veces, dejar el orgullo a un lado. Ese día todo nos irá mejor. Porque tú puedes hacerlo, déjate llevar más por el corazón y demuestra lo que verdaderamente sientes. 
Porque de verdad espero que algún día puedas hacerlo E.B.