Con el paso del tiempo te das cuenta que los "nunca más" nunca se cumplen y los "para siempre" siempre terminan. Ya sea para bien o para mal, es ley de vida. Tarde o temprano esto se va a acabar. Pero mientras, que la fiesta dure habrá que disfrutar, y bailaremos aunque la música no sea de nuestro agrado. Hay que saber que lo bueno siempre acaba, pero lo malo también. Nada es eterno, nadie va a estar triste por siempre ni va a ser feliz toda su vida, hay momentos para todo. Aunque yo prefiero los días felices, en los que te sientes bien. Esos días que te levantas de un salto de la cama con ganas de comerte el mundo, esos días en los que la sonrisa la llevas pintada en la cara. Días en los que todo te parece perfecto, en los que parece parece que todo va bien, que el sol nunca se irá. Y sabes que estas viviendo en una absurda realidad, pero no te das cuenta. Pero pienso que, de vez en cuando, muy de vez en cuando, necesitamos derramar esas lágrimas que se nos quedan ahí, almacenadas. De vez en cuando es bueno abrir el grifo y dejar las lágrimas correr y es que también necesitamos unas lágrimas, que vengan de sólo de visita, que no estén aquí para siempre. Y es que ni el que se piense hecho de piedra, puede evitar hacerlo algún que otro día, en un momento de debilidad, tal vez en esos días de nubes, contrapuestos a los que dije anteriormente.
Pero si, yo soy de las que piensa que una sonrisa es lo mejor que tenemos, la mejor medicina. Cura de todo y además, es universal y gratis. Porque sí hay algo más bonito que recibir una sonrisa, es ofrecerla.
jueves, 29 de mayo de 2014
Regala sonrisas
miércoles, 28 de mayo de 2014
Podríamos...
Ya veo que la palabra "poder" o "podemos" está de moda... Yo la cambio por un "podríamos" y este es mi programa: Podríamos ser todo y nada a la vez. Podríamos ser más y mejor. Podríamos ser un día cualquiera lleno de sorpresas. Podríamos ser un barco de papel que no se hunde en el mar. Podríamos ser una moneda de dos caras que siempre diga que nada va a salirnos mal. Podríamos ser la duración de una canción en un beso. Podríamos ser verano en pleno invierno. Podríamos ser un beso de los que calan en los huesos. Podríamos ser muchas noches sin dormir. Podríamos ser un juego de uno jugado por dos. Podríamos ser miradas que se clavan. Podríamos ser silencios y caricias. Podríamos ser un corazón dibujado con tu dedo en mi pecho, o un te quiero dibujado en tu espalda. Podríamos ser norte, sur, este, y oeste. Podríamos ser cualquier cosa que sueñes conmigo. Podríamos ser un tesoro escondido en el fondo del mar. Podríamos ser caricias que recorren caminos sin ningún final o una canción por terminar. Podríamos dejar de ser tú y yo, para ser un nosotros. Podríamos ser una historia de ciencia ficción, comedia, terror, amor, pero nunca drama. Podríamos ser fuego sin quemarnos. Podríamos ser pasión en nuestras miradas. Podríamos ser el mejor día de nuestra vida. Podríamos ser tu risa rodeándome para desaparezca el miedo y una sonrisa segura. Podríamos ser una noche bajo el cielo estrellado. Podríamos hacer la guerra para después hacer el amor. Podríamos ser desayuno de besos. Podríamos ser tantas cosas como alcance tiene nuestra imaginación. Podríamos ser una cama deshecha y nuestra ropa por el suelo. Podríamos ser las ganas que nunca faltan. Podríamos ser hasta lo inimaginable. ¿Te imaginas?
lunes, 26 de mayo de 2014
Esa pared llamada "Orgullo"
Dejamos que el orgullo hable y actúe por nosotros, pisoteando y machacando nuestros verdaderos sentimientos, los cuáles ahogamos en suspiros cuando nadie nos ve.
Y nos pensamos fuertes, invencibles, todopoderosos, y creemos que lo merecemos todo, que podemos con todas las situaciones, cuando en realidad somos más frágiles de lo que pensamos. ¿Qué ganamos con la máscara del orgullo? Tratamos de enmascarar nuestros sentimientos aunque los latidos del corazón retumben en cada rincón del planeta. Orgullo... Algo no tiene sabor, ni color, ni tamaño, y sin embargo es lo más difícil de tragarse...
Esa pared de ladrillo que no deja traspasar ningún sentimiento, envolviéndonos en una falsa coraza.
Y es que cuando el orgullo grita todos los demás sentimientos se acobardan permaneciendo en la sombra. Seamos conscientes que ni vamos a ser menos valientes ni seguro nos ahogariamos si, muchas veces, nos tragásemos el orgullo.
domingo, 25 de mayo de 2014
Lo correcto: Es tan relativo...
sábado, 24 de mayo de 2014
Así soy yo...
miércoles, 21 de mayo de 2014
Tarea del miércoles: sentirte especial.
martes, 20 de mayo de 2014
Espinas...
Quizás al caminar de la mano las espinas nos iban dejando pequeñas heridas sangrantes, que, con el tiempo y paciencia, algún día acabarán por sanarse, o eso es lo que quiero pensar.
Pero a veces, quedan pequeñas espinitas clavadas, difíciles de sacar... Espinas en la garganta, son esas palabras que quedan pinchadas, sin ser dichas y que al tragar duele y que puede que sólo desaparezcan si de vez en cuando tragamos un poquito de orgullo. Y luego están las espinas más profundas, esas que se quedaron en el corazón, esas que sólo el tiempo se encargará de sacar cualquier día, esas espinas llamadas sentimientos y que están ahí, siendo quizás éstas las que más duelen. Las que de vez en cuando dan pequeñas punzadas, como para que no olvidemos que siguen ahí, clavadas.
Y luego están esas pequeñas espinitas que se quedan por todo el cuerpo, y es el echar de menos tus besos, tus manos, tu piel, incluso tu olor.
Y llegará un día en el que sólo nos queden las cicatrices, algunas de esas espinas se irán cayendo a cada paso que demos, otras, sin embargo, permanecerán clavadas, no sabemos por cuanto tiempo, quizás mucho, tal vez demasiado, quien sabe si para siempre...
lunes, 19 de mayo de 2014
Lo único que supera a un sueño, es un recuerdo.
Hay diferentes protagonistas en cada capítulo de nuestra vida, algunos durarán toda la vida y tendrán un papel importante y de relevancia, y otros simplemente son actores secundarios de los que debemos aprender algo, que pasaron y se fueron, sin pena ni gloria, o incluso más pena que gloria, dejándonos la experiencia vivida.
Sin embargo, lo más duro es cerrar un capítulo que no queremos terminar, pasar página y dejarlo atrás. Esto nos provoca cierta inseguridad, una infinita sensación de vértigo, incluso una profunda tristeza. Tal vez porque esas líneas han sido protagonistas en todos y cada uno de los capítulos de nuestra vida, pero que por distintas circunstancias, hemos de pasar al siguiente capítulo, dejando atrás todo lo escrito, todo lo vivido.
Pero a todo, hemos de buscar su parte menos dolorosa y debemos aprender que los capítulos deben quedar atrás para que esta vida, y este libro, tengan sentido; que pasar página no implica olvidar, y que al fin y cabo, si hay algo que supera a un sueño, es un recuerdo. Hay recuerdos y recuerdos, pero sólo nos acompañarán los que escojamos y queramos que nos acompañen hasta el final del libro, durante toda nuestra vida.
domingo, 18 de mayo de 2014
La respuesta...
Ahora ya se el porqué de muchas de mis lágrimas, lágrimas que a veces aparecen sin ton ni son llegando incluso a nublar un día soleado...
Ahora comprendo mis momentos bajos, esos en los que parece que el mundo me da la espalda, en los que navego a contracorriente de mi razón...
Ahora sé el porqué de mis suspiros, esos que dejan entre los labios un nombre que no quiere ser pronunciado, esos suspiros que ahogan palabras que jamás serán dichas...
Ahora ya sé por lo que a veces un simple olor te devuelve de nuevo a mi mente y de nuevo vuelves a descansar entre mis recuerdos...
Ahora entiendo porque, en las noches en las que consigo conciliar el sueño siempre apareces tú, con tu sonrisa impasible y tu voz, esa que me hace temblar solo al pronunciar mi nombre...
Ahora sé porque al pensar en ti, mi cuerpo es recorrido de pies a cabeza por un intenso escalofrío, como si sintiese frio sin tu abrazo, como si mi piel echase de menos a tu piel...
sábado, 17 de mayo de 2014
¿Cómo será?
Ilusión que hasta hace unos dias estaba ausente, sin la certeza de saber si volverías este año. Y llegó ese mail que no sabía si abrir o no. Temía un no por respuesta. Pero un "sí" hizo que una sonrisa inevitable iluminase mi cara y que los ojos se me llenaran de lágrimas. Porque sí, de felicidad también se llora. Este año volvería a tenerte conmigo.
Pero este año será diferente, no estaré a tu llegada y serás tú quien vaya a esperarme a mi al aeropuerto y, no sé, tengo la sensación que será el viaje de vuelta más largo que jamás haya hecho. Será un poco raro, pero adivino que será un momento maravilloso y que estoy deseando vivir.
Cuenta los días, que yo los estoy tachando en un pequeño almanaque. Aun no hice la maleta, pero ya metí dentro toda mi ilusión y mis ganas de volver a abrazarte, de volver a verte, de volver a escuchar tu risa, volver a ver tus ojitos negros con esa viveza única. Quien te conoce, sabe que enamoras, que vas derramando dulzura y derrochando ternura allá por donde vayas.
Y mientras el Tic Tac del reloj, sigue sonando, los días pasando y cada día es uno menos para ese momento en que pueda tenerte entre mis brazos. Infinitas ganas. Y la piel se me pone de gallina cada vez que lo pienso.
Porque este año será diferente, pero siempre serás tú.
Wanni bik 7atta amira ua metwa7achtik!!
Manab6aw nejabru inchallah.
sábado, 10 de mayo de 2014
El sol a través de la ventana
Y tras tanto tiempo de estar a la sombra de unos cuantos recuerdos, de estar esperando que el sol se hiciera hueco entre las grises nubes para que pudiese entrar por los diminutos orificios de mi persiana bajada, decidí abrirle la ventana de par en par, y así poder disfrutar de sus rayos en mi cara, secando lágrimas y haciendo brillar mis ojos.
Decidí mirar al frente y, aún sabiendo que cualquier día, de nuevo, volverás a aparecer con tu deslumbrante sonrisa, paseándote altanero por mi mente y revolviendo todo el cajon de los recuerdos, seguiré caminando con paso firme. Aunque, de vez en cuando, me siente a descansar y gire la cabeza para mirarte y te vea lejano, pequeño, pero parado en el mismo sitio, sin intención de abandonar el sitio que alguna vez te ganaste, no voy a cerrar la ventana a la luz del sol. Y quiero reír, y llorar de alegria, y besar esos labios que hoy me llaman, y verme reflejada en esos ojos que hoy me buscan. Aunque a veces irremediablemente te busque...
jueves, 8 de mayo de 2014
Esperanza...
Y en cierto modo, así es. Una pequeña parte de mi, sigue atada a ti.
Y de repente, mientras miro por la ventana, me sorprendo sonriendo, sonrisa que el recuerdo de algún momento vivido contigo ha logrado sacar a relucir. Y entonces no me queda otra que suspirar, cerrar los ojos y pensar que sólo ha sido un espejismo.
Y sin haberte invitado, sin ser tú el culpable, sin negarme a recibirte, aquí estás de nuevo.
Y yo, aun mantengo la tonta esperanza de volver a verme reflejada en tu mirada. Un día, no se cuándo, ni cómo. Será...
Y a pesar de no verte, a pesar de no hablarte, te busco en cada uno de mis momentos de debilidad. Como si fuera a encontrarte, como si estuvieras esperándome... Como si el tiempo no hubiese pasado. Como antes.
¡Y te necesito! Y lo digo a gritos, aunque no hace falta, pues cada poro de mi piel dice tu nombre... Y me abrazo dulcemente a este recuerdo que me oprime el pecho, a ese recuerdo en el que tu estás. Éramos. Estábamos...
Y como una nube de humo, te vas disipando, vas desapareciendo, me quedo con el sabor amargo de otra irreal despedida.
Y aun me queda la esperanza de encontrar una mirada cómo la tuya, unas manos como las tuyas, una sonrisa cómo la tuya, que sea capaz de transportarme al infinito... Y sigo alimentando mi esperanza con retales de tus besos, con algunas de tus palabras. Porque la esperanza, a pesar de todo es lo último que se pierde. Y sólo me queda eso, esperanza. Esperanza alentadora. Esperanza que mata... Esperanza que contradice... Esperanza que te espera.
miércoles, 7 de mayo de 2014
La vida: una calle en sentido único.
Y menos mal que aprendemos, pues de no ser así estaríamos siempre cometiendo los mismos errores, tropezando con la misma piedra y la verdad, según que piedra, puede doler demasiado.
Por eso, yo jamás pulsaría ese botón, porque prefiero seguir mi camino, con mi mochila cargada de buenas y malas experiencias, sin volver atrás. Caminando con la mirada al frente. Y es que la vida es una calle en sentido único, una donde volver atrás está penalizado. Por eso, decido caminar, aunque a veces la calle se estreche, aunque por momentos las ganas de volver a empezar sean infinitas, aunque a veces caminemos entre zarzas y espinas.
Recordemos los buenos momentos y atésoremoslos cual la más valiosa de las joyas, pero también recordemos aquello que una vez dolió, que nos hizo derramar lágrimas, que nos pintó de gris el mundo, para no volver a caer. Para no repetir el mismo error.
La vida tiene un solo camino. Y es el que debemos seguir. Sin posibilidad de retroceso. Sin pararnos a mirar lo que hemos recorrido hasta llegar a donde estamos, sino hacer una parada en ese camino para darnos cuenta de lo que aun nos queda por andar...
martes, 6 de mayo de 2014
Cómo en una partida de ajedrez...
Y es que en la vida, como en el ajedrez, aunque sepamos que la partida está perdida, no podemos dejarnos ganar. Aunque el viento no corra a nuestro favor y el mundo esté en nuestra contra, debemos luchar por eso que, un día nos hizo felices y que, probablemente a día de hoy, nos seguiría dando ganas y fuerzas para levantarnos de la cama todos los días.
Pero a veces es demasiado tarde, y perdemos la partida y lo único que podemos hacer es echar de menos. Mucho. Muchísimo. Porque, aunque lo hagamos mil veces al día, lamentarnos no nos sirve de nada, cuando lo que debimos hacer en su día fue luchar hasta dejarnos la piel por aquello que nos hacía feliz. Porque hoy, yo me encuentro en jaque mate. Perdí la partida por no calcular bien mis movimientos, por no ponerle todas las ganas, por abandonar. Porque a veces tengo la sensación de que abandoné demasiado pronto, de que perdí la partida y que no tengo posibilidad de revancha .
viernes, 2 de mayo de 2014
Una tregua
Pero estamos dotados de grandes dosis de impaciencia, y lo que queremos lo queremos en el momento, aquí y ahora. A nadie le gusta esperar, por eso escogemos el atajo, el camino corto y es el de escondernos tras una máscara, el de ocultarnos tras un disfraz.
Escogemos el camino de disfrazarnos de algo que no somos y disimular. Sobretodo disimular. Si, a todos nos gusta disimular los golpes, sonreír delante del espejo y salir a la calle pisando fuerte, para que nadie note que en realidad, lo que nos pasa de verdad, es que estamos rotos por dentro. Tan rotos que ocupamos nuestro tiempo con cualquier estupidez con tal de no pensar en ello, porque el simple hecho de pensarlo hace que duela.
Pero a veces es bueno darse una tregua: quitarse la máscara y dejar el disfraz arrugado en el suelo. A veces es bueno darnos el permiso de para no ser fuertes y bajar la guardia. Nadie quiere bajar la guardia, ya que eso nos supondría tener un día triste, o una de esas eternas tardes de martes; unos de esos días que duelen, de recordar y echar de menos, a los que estuvieron en tu vida, a los que están, pero están lejos. Si... Darnos una tregua, tumbarnos en la cama y si hace falta, llorar. Si, llorar. Porque eso no nos hará menos fuertes, pero si que nos hará más humanos.
jueves, 1 de mayo de 2014
Hay momentos...
Hay momentos en los que no nos apetece hacer nada, sólo escuchar una y otra vez misma canción simplemente porque nos recuerda a alguien...
Hay momentos en los que ríes tanto, que acabas llorando de felicidad y son esos los momentos que quieres que sean eternos, que no acaben nunca, que duren para siempre...
Hay momentos que nunca se olvidan: un abrazo cuando más lo has necesitado, un beso, una mirada en silencio, unas manos entrelazadas, una llamada de teléfono de alguien que se preocupa por ti, simplemente para saber que tal estás, un mensaje... Y momentos en los que sueñas despierta y que, cuando vuelves a la realidad, te das cuenta que sólo era eso, un sueño...
Pero hay otros momentos en los que te pasas horas llorando, la mayoría de las veces por algo que no tiene tanta importancia como tu crees o por algo que ya no tiene remedio... Momentos en los que sientes que el mundo te da la espalda, que todo gira en tu contra...
Momentos en los que te sientes sola y no sabes con quien hablar... Momentos en los que necesitas hablar, ya sea para desahogarte o para contar a alguien algo que te ha alegrado el día, pero no tienes a nadie con quien poder hacerlo.
Y existen momentos en los que escuchar la voz de alguien a quien quieres puede ser el regalo más grande.